El lenguaje de los sentimientos tiene su gramática. Conocer sus reglas y aprender a aplicarlas resulta indispensable para: - Evitar comportamientos repetitivos que nos hacen fracasar en nuestras relaciones, una y otra vez. - Responsabilizarnos de nuestros actos y sentimientos, sin necesidad de señalar culpables ni sentirnos víctimas de las circunstancias. - Convertirnos en la persona que deseamos ser, cambiando actitudes, hábitos y pensamientos. - Comunicarnos de forma efectiva con los demás, aprendiendo a conectar con sus sentimientos.