Lo que elevó al aventurero norteamericano Henry Stanley a la altura del mito fue la expedición que comandó en 1869 al África en busca del misionero escocés Davy Livingstone, sobre todo por las cautivantes notas que fueron apareciendo en los diarios de Occidente, que daban cuenta de sus vicisitudes. La publicación, en 1872, del libro Cómo encontré a Livingstone, consolidó su fama. Enviado por el Daily telegraph, Stanley regresó al África en 1874, dando inicio a una de las expediciones más importantes de aquel tiempo de los grandes descubrimientos europeos en tal continente. Recorrió el mismo hasta 1877, contribuyendo en esos años al conocimiento de las fuentes del Nilo. Exploró los lagos Victoria Nyanza y Tanganika, y navegó después por el río Congo hasta salir del Atlántico.El presente libro, cuya versión original fue publicada en 1878 con el título de Through the Dark Continent, es la fascinante crónica de dichas aventuras, que incluyen guerras y rebeliones sangrientas, así como escabrosas navegaciones fluviales, naufragios y descripciones con valor histórico, como la que hace el exótico reino de Uganda.