Cuando se publicó en 1995, este libro fue un éxito arrollador y elevó el arte de la narrativa memorialística a un nivel completamente nuevo. Así fue recibido por los lectores y la crítica. La tragicómica niñez de Mary Karr en una localidad petrolera del este de Texas nos presenta a unos personajes tan oscuros e hilarantes como los de Salinger: un padre bebedor, una hermana que con doce años le planta cara al sheriff y una madre con un sinfín de matrimonios a sus espaldas cuyos secretos amenazan con destruirlos a todos. La madre, ese personaje maravilloso, se convertirá al final del libro en una pieza poderosísima de este gran relato único. Una pieza inolvidable para cualquier lector.
Mary Karr sabe cómo contar una historia. Su infancia no fue lo que se dice una maravilla, cuenta todas esas vivencias desgarradoras con un sarcasmo (e incluso humor) que te deja procesando la información incluso horas después de haberlo leído. Es la primera vez que una autora me hace llorar, reír, asombrarme y despedazarme tan sólo en una única página. Gracias a esta novela he recordado por qué amo la lectura
Increíble que no sea tan popular como merece. Una infancia durísima contada de una forma magistral. Engancha desde la primera página.
Libro autobiográfico que relata una niñez y adolescencia complicadas de Mary Karr. Sin embargo, al leerlo no da esa sensación, ya que está narrado con afán de desdramatizar lo ocurrido y con pinceladas de humor, cosa que se agradece, ya que si hubiese estado contado por una persona marcada por los hechos que se narran podía haber sido demoledor. A éste, le siguieron otros dos libros autobiográficos: Cherry (no traducido por el momento al español) e Iluminada.
"El no negro zarpa de su boca dentro de un globo alargado con la cola de un cometa que desfila por delante de nosotras y sale a la noche encendida por las ventanas forradas con papel de cera."
“He llegado a creer que el silencio puede engrandecer a una persona. Y el dolor, también . La emanación de un silencio pesado y triste puede investir a alguien de una fingida absoluta”
Y entonces fue como si un agujero negro me tragara entera. O, mas bien, como si el agujero siempre hubiera estado dentro de mi y me hubiera devorado poco a poco sin que me diera cuenta. me rendí sin mas. qué término es el que usaban los médicos? ah: implosionar. Si: Implosione!!
"La amenaza de que si me portaba mal podían deshacerse de mí poesía un eco de verdad tenue pero firme"
Era una esperanza en abstracto. No estimulaba ideas ni impulsos. Iluminada por la luz cristalina de aquella luna improbable y baja sentí sin más que tenía algo importante que hacer.