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NOVELA ROMÁNTICA

EL CIELO ES AZUL LA TIERRA BLANCA

HIROMI KAWAKAMI

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7,8

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Sinopsis de EL CIELO ES AZUL LA TIERRA BLANCA

El acercamiento sutil de dos amantes, con toda su íntima belleza, ternura y profundidad. Una historia de amor inolvidable Tsukiko tiene 38 años y lleva una vida solitaria. Considera que no está dotada para el amor. Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés. Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. Escogen la misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer que un día lo abandonó; Tsukiko, en un antiguo compañero de clase.

45 reseñas sobre el libro EL CIELO ES AZUL LA TIERRA BLANCA

Si hay algo que siempre pesaron en la historia de las personas fue la costumbre, muchas de esas fueron y son buenas pero para otras personas son piedras. Este libro está lleno de esas costumbres, de la cultura japonesa. La autora para resaltar toda una historia de amor se centra en algunos detalles importantes para dar comienzo a un amor que se desperdigaba entre dos personas solitarias. Tsukiko es una oficinista japonesa, terca, independiente, insegura y sin estar casada a los casi 40 años, cosa que para tal país, se vuelve un escándalo. Y Harutsuna Matsumoto, su antiguo profesor de literatura, es demasiado misterioso, pero sin dejar de lado una cierta elegancia y con mucha paciencia. La amistad siempre es un gran paso para nuevos comienzos, y la de ellos se basaba en una mutua compañía en la que algunas noches el alcohol, la comida y la charla se volvía ese refugio en la que para ellos sería un sostén de aquellas noches internas que parecían ser demasiado frías y desérticas. Pausada, fluida, tranquila, este tipo de libritos es como un pequeño respiro entre medio de lecturas caóticas. Los capítulos tienen como ese algo que te mantiene envuelta, reflexiva y anhelante. Pero no está empalagada en lo romántico, sino más bien surge esa amistad en medio de la soledad y es pequeña, sencilla pero intensa. Tiene mucha belleza en su escritura, no deja que en la imaginación se vuelva algo desagradable sino más bien única y comprensible. Esta historia junto con la compañía llegó en buenos momentos, donde mis ganas de leer se encontraban por los suelos, la facultad, este año, fue cansador y me exprimió toda la energía, así que fue un absoluto respiro y súper relajante. 🚨Si te gustó esta reseña el like en el corazón de arriba a la derecha o en ambos corazones (NO IMPORTA QUE EN 18 MESES SE VUELVA CONTRA NUESTRA 😢💔) 💙❤️. MUCHAS GRACIAS ♥️♥️♥️😊


Pues... que raros que son estos japoneses! Aunque raro para mi no es malo. Me gusta de vez en cuando quedar perpleja, leer y pensar "¿que diablos estoy leyendo?", me gusta salir de lo conocido, lo confortable, lo usual. Creo que los japoneses hacen un uso del lenguaje totalmente distinto al nuestro. Eligen palabras suaves, quietas que parecen estar hechas para ser leídas lentamente y con dulzura. He notado que agregan muchas escenas y detalles con un único fin estético. El relato no es lineal, no todo sus componentes persiguen un único fin y van directo a el, sino que se enrieda y se bifurca en miles de detalles, como el trino de un pájaro o la caída de una flor que no buscan otra cosa que embellecer el relato. Y sí, los japoneses escriben bonito. Pero lo que más me agrada es la capacidad para transmitir y generar sensaciones. Uno puede leer y sentir perfectamente la frustración que siente Tsukiko, su soledad, el amor y el desencanto... y así termina uno, desencantado y hecho un trapo (maldita sea esta japonesa del demonio que escribe tan bien). "El cielo el azul, la tierra es blanca" es la historia de dos seres solitarios (un hombre muy mayor y una mujer soltera) que se acercan, se arriman y se aferran uno al otro, perdiéndose y reencontrándose una y otra vez. (ire a chuparme una flor de cerezo y a maldecir un rato mas a la japonesa esta)


"El cielo es azul la tierra blanca" gira en torno a la historia de amor de Tsuiko y Matsumoto, una ex alumna y su antiguo maestro de japonés. Nos encontramos ante una obra sencilla y maravillosa. La autora cincela con serenidad y preciosismo una novela profunda, etérea y hermosa que nos obliga a detenernos en las palabras para saborearlas como los propios protagonistas hacen con las comidas y bebidas. Hiromi Kawakami nos relata con deliciosa parsimonia la búsqueda y el deambular de unos personajes arrastrados por el azar más que por el destino, un poco vencidos y un poco indolentes ante el sinsentido de la existencia y el amor. Narrada en primera persona por Tsuiko, la historia está hecha de palabras pero también de silencios. La trama se desarrolla sin abarcar todos los espacios narrativos, lo cual no debe verse como una limitación, sino más bien como un recurso potenciador del universo estético de una novela que juega magistralmente con lo no dicho. No hay grandes historias que merezcan ser contadas al detalle en su devenir, el énfasis está puesto en detalles descriptivos que embellecen la obra y que no afectan directamente la trama (de una linealidad evanescente podría decirse) pero se nos tornan estéticamente imprescindibles. Estos elementos otorgan a la narración una intensidad asordinada, disimulada detrás de la calma aparente de dos seres que parecen desencontrarse en un mundo que comparten y del que no se sienten protagonistas. "El cielo es azul la tierra blanca" es una novela pequeña, apacible, hermosa y bellamente escrita que logra llegar al corazón. Muy recomendable.


Si empezamos por el título, es sugerente, tiene gancho y sencillamente es debido a una canción que tararea la protagonista. Lo del subtítulo, una historia de amor, creo que sobra, pero en fin, nada es perfecto. Una lectura bellísima, me ha encantado descubrir que las emociones y la sensibilidad se recrean en este libro, lleno de momentos para disfrutar con calma, a un ritmo pausado y también reflexivo. Además, nos encontramos con unos personajes solitarios pero difíciles de olvidar. Son personajes inadaptados y cada uno con su drama personal, que también vamos experimentando. A ver, tenemos dos protagonistas, una mujer, de unos 38 años, se llama Tsukiko Omachi, es una oficinista, soltera, independiente, nunca quiso casarse ni tampoco ser madre, y su antiguo profesor de literatura del instituto, ya jubilado, Harutsuna Matsumoto, viudo, que ama la poesía y también la naturaleza. Los dos coinciden, después de pasado ya mucho tiempo, en una taberna japonesa, a comer , pero sobre todo a beber sake cada noche, y así es como comienzan a conocerse, a relacionarse y a necesitarse. Y, nos damos cuenta en seguida, que los dos son personas muy distintas pero muy parecidas en relación a la soledad, también los dos son muy independientes y adaptados a sus propias costumbres y con absoluta falta de perspectivas. Y un aspecto esencial, sus relaciones tampoco han funcionado. Son personajes solitarios, que empiezan a compartir esos pequeños momentos de la vida cotidiana, como los sabores, la bebida, la comida, después, comienzan a quedar para dar pequeños paseos, con los que refugiarse de la soledad, y en los que poco a poco y muy lentamente irá surgiendo una espontánea, peculiar y delicada historia de amor. Un relato en el que las escenas de la vida cotidiana, los pequeños detalles, los gestos sin palabras, los silencios, unos encuentros casuales en principio, y pedir el mismo menú, los llevará a conversar y todo ello fortalecerá una relación con la que se irá construyendo la historia, que acabará por ser el centro de la vida para los dos. Y como la soledad forma parte de sus vidas y son retraídos e introspectivos, pues ambos se sentirán atraídos. Narrado en una primera persona, muy intimista, por la protagonista Tsukiko, y en pasado, todo es recordado en forma cronológica y siguiendo las estaciones. Con un ritmo pausado y gusto por el detalle, nos muestra lo cotidiano donde parece que está, porque lo encontramos, la esencia de todas las cosas. También tengo que decir que todo lo relacionado con la gastronomía es, en esta novela, muy importante, tiene un papel relevante. Y a propósito de la comida, pues la novela hay que degustarla con serenidad como un exquisito manjar. Increíbles y emotivas sensaciones, delicadeza, senciñllez, también intensidad….Un bello relato.


Abres este libro y hallas que sus hojas están impregnadas de ternura. Descubres que en la oscuridad de la noche, en un bar corriente, en una simple barra se encuentran dos soledades. Una soledad inmadura, deseosa de ser niña, llena de conflictos e inseguridades, que va contra la corriente de las tradiciones y lo que se espera de ella. Otra soledad madura, que saboreó la miel y la hiel del matrimonio, la acritud del engaño, que luchó contra el dolor y la pérdida, siempre acompañado y rodeado de recuerdos materiales a los que aferrarse. Estas soledades se cruzan y encuentran haces de luces interiores que quieren emerger y sentirse unidas en un mundo envuelto en frialdad y tinieblas. Una alumna y su maestro, que tras años de distancia counciden y se complementan para encender, tras el soplo de encuentros casuales y mucho sake, la llama del amor. Un amor tardío y contradictorio, un amor corto y sentido.


El amor duele. Joven o viejo Durante el otoño. Durante el otoño Joven o viejo El amor duele Con este Haiku, pretendo un mínimo homenaje a la historia de desencuentro, o encuentro casual, de dos seres auto condenados a transitar por la soledad compartida de una sociedad indiferente. Las letras de Kawakami, fiel reflejo de un estilo japonés, de saltos temporales, de trazos descriptivos, que refuerzan el apego de los japoneses por el naturalismo y el más que correcto uso del lenguaje. Alejado del frío, burdo, o directo lenguaje occidental, crea una entrañable historia que discurre como el aleteo de una mariposa, con la musicalidad del canto de una cigarra, con el frágil, gracioso y firme movimiento de las manos de una Geisha. El cielo es azul y la tierra blanca . Pero podría ser a la inversa El profesor y Tsukiko , nos ofrecen una lección, de la nobleza de un amor que como las flores desérticas pueden florecer una sola vez,pero lo hacen con una belleza lenta y discreta. Destinada a perdurar en la memoria Sazonada con la disímbola comida japonesa y ebrios de sake, incitan a embriagar nuestros sentidos, con el lento pero persistente fluir de un sentimiento imparable, inevitable e incuestionable. Dos personajes únicos, que crean una unidad muy personal. Sin resaca, pero con el paladar henchido de sabor... así he terminado. Desando no haberlo hecho,


Estamos ante una de las obras más celebradas de la increíble escritora japonesa Hiromi Kawakami, por no decir la que más. En esta imprescindible novela se narra la historia de amor entre Tsukiko y su antiguo profesor de universidad, al que llamará «maestro»; una historia de amor muy distinta a lo que estoy acostumbrada a leer, y es que entre los dos protagonistas se establece un tipo de amor muy personal, formado a fuego lento entre casualidades y silencios. Se desarrolla de una manera pausada, sin adelantar ningún acontecimiento. Desde el primer momento se nos muestra a dos personajes solitarios que anhelan, aunque de manera silenciosa, la compañía de alguien. Kawakami une sus caminos mediante un lenguaje muy suave que transmite sensaciones muy variopintas: desde alegría y amor hasta nostalgia y tristeza. Está narrado desde el punto de vista de Tsukiko y de una forma no lineal, como si quisiesen mostrarnos solo las partes más bonitas de su historia para que algo se mueva dentro de nosotros. A través de unos diálogos escuetos y simples, 'El cielo es azul, la tierra blanca' se esfuma en un abrir y cerrar de ojos, y cuando lo terminas no puedes evitar sentirte vacío; sin quererlo, hiciste tuya la historia de dos desconocidos.


Junio 2020 libro 45 Primer libro que leo de un autor japonés, he de decir, que me ha parecido lento, y en muchas ocasiones me ha resultado algo pesado, tanto detalle de comida japonesa que no me atrae nada, poemas que no entendía y tanta pasividad para una persona algo eléctrica como yo me ha superado. Un libro que por su dimensión, bastante corto me hubiese ocupado dos ratos he tardado casi cinco días en terminarlo En el libro se cuenta como el Maestro y Tsukiko que son compañeros de borracheras improvisadas en la taberna de Satoru o de encuentros accidentales en medio de la calle que terminan igualmente en borracheras, van tejiendo una relación a fuego muy lento, relación por otro lado con una diferencia de edad considerable ella en torno a los cuarenta y él entrados en los setenta, por lo que se vislumbra a lo largo de la lectura. Sin lugar a dudas no he sabido entender la historia de amor entre los dos protagonistas


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