Hay en El cielo de los leones el deseo de contar el mundo para bendecirlo. La evocación y los sueños surcan estas páginas, cuyo empeño es persuadirnos de cuán prodigiosa y arrebatada es la vida, de cuántos motivos diarios tienepara hacer que la veneremos. Ángeles Mastretta cree en el sensato hábito de la locura, en el desafío diario que es mirar a otros vivir como quien delira: cielo hay para todos, dice, hasta para los leones debe haber un cielo.