Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas. El día de su decimotercer cumpleaños es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policía sin escrúpulos. El hecho de que el moribundo le dé el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrará a este a resolver un secreto del pasado por el que pagará un alto precio.En una Barcelona de claroscuros, El chico de las bobinas nos habla de la incomparable fortaleza de esas mujeres, víctimas de la guerra, que enseñaron al mundo cómo sobrevivir, y de esas salas de cine de barrio que permitieron soñar en los años de plomo y se convirtieron en refugio de infancias maltrechas.Un thriller nostálgico cargado de emotividad y misterio que nos muestra la fragilidad y la ambigüedad de la naturaleza humana.
Me ha gustado mucho, me apasiona la época que se desarrolla en esas ciudades de Madrid,Barcelona Valencia de la posguerra. Todo el tiempo me ha recordado una gran película qué es cinema paradiso y las bibliotecas ocultas de Carlos Ruiz zafón. Os aseguro que no os aburriréis.
Un libro que engancha. Entretenido, fácil y rápido de leer, aunque también bastante duro. Para pasar el rato, pero que tampoco recordaré en un par de meses. Recomendable para los interesados en la posguerra española. (7 de septiembre de 2020)
Barcelona de la postguerra . Nil y su madre malviven. Nil se ve envuelto en un asesinato que guarda un secreto. Tiene que lidiar con su edad , la adolescencia, con la ausencia de su padre y con el cuidado de su madre. Y alrededor está su pasión por el cine . La verdad es que me esperaba más . Los libros de la época guerra civil / postguerra no son lo mío
Cuando veo una novela con el tema guerra y posguerra, pienso una más. Pero El Chico de las Bobinas tiene algo más: unos personajes muy bien cuidados en su forma de provocar en el lector la capacidad de distinguir las buenas personas o malas personas. El ambiente está muy bien descrito y te lo imaginas de una forma muy fácil con el añadido del tema cine como primer plano. Desde el principio el hilo de la historia hace que te enamores de ese niño Nil y de su madre Soledad. Recuerdos para muchos lectores de una época de inútil sufrimiento, como en todas las guerras.
“El poder curativo de las palabras siempre depende de la boca que las emita.”
Y las guerras son lecciones, Soledad, y si no las aprendemos la vida se encargará de hacernos repetir el curso
Saber mucho de algo te ayudará a querer a tu profesión, y cuando eso suceda ya no será una profesión, será tu vida.
“A menudo el infierno es el mejor lugar para pasar inadvertido ante el diablo”
“Porque el miedo, como el pan negro, era una herramienta que el Régimen había dosificado gradualmente, y si uno no guardaba cuidado, terminaba convirtiéndolo en su realidad cotidiana.”