Una meditación sobre las relaciones entre la literatura y realidad, y un sensible relato de una pasión juvenil. Mario Jiménez, un joven pescador, decide abandonar su oficio para convertirse en cartero de Isla Negra, donde la única persona que recibe y envía correspondencia es el poeta Pablo Neruda. Jiménez admira a Neruda y espera pacientemente que algún día el poeta le dedique un libro, o que se produzca algo más que un brevísimo cruce de palabras y el pago de la propina. Su anhelo se verá finalmente recompensado y entre ambos se entablará una relación muy peculiar.
El cartero de a Neruda es la historia de un joven que se obsesiona de cierta manera con el poeta Chileno y nos cuenta su vida a través de la correspondencia que recibe, vemos dos historias llenas de humanidad, la del poeta y la del cartero, dos personajes que están unidos por el amor a la poesía y a Chile a través de cada página vemos cómo estos dos personajes intercambian la simplicidad de los momentos y acontecimientos de la vida, como una rutina adquiere sentido en la poesía y en la vida
Este libro es una oda al mito nerudiano. El poeta del pueblo, los humildes que se conectan con los rimas del poeta que canta al amor y a la belleza de la mujer. Claramente está al limite de lo pervertido y es posible que hiera la sensibilidad de algunos, pero claramente responde a la cultura de los 70 de este país al sur del mundo. Es difícil ser mas objetivo con este libro que es parte de la picaresca nacional, junto a "Palomita blanca", "Julio comienza en Julio"y La negra Ester" .
Primer libro, o mejor librito, leído del año recién iniciado. Ha sido toda una delicia disfrutar de las mágicas palabras y emociones que se describen en tan corto número de páginas. Muy recomendable, pues apenas un rato es necesario para disfrutar de esta exquisitez. Muchas gracias Sr. Skármeta, muchas gracias Don Pablo!!!
La historia de amistad entre Pablo Neruda y su cartero y cómo pasa éste a pensar y a vivir el sentimiento a través de los versos de Neruda. Todo ello se entremezcla con la historia de amor del cartero y los problemas políticos de Neruda.La versión cinematográfica de este libro que fue en su día un superventas también resulta muy interesante.
Un delicioso libro escrito con mucha pasión y dedicación a la obra de Pablo Neruda. Skármeta desarrolla una bonita historia entre aprendiz y maestro, el amor y la pasión, la política y los cambios. Hay unos pocos sucesos reales que dan verosimilitud a la trama. Y crean también una historia dentro de otra historia que hacen dudar de si su protagonista fue real o no. Un truco bastante efectivo y emocionante. Además, el libro tiene dos fases. La primera basada en la admiración, el deseo y la pasión. Y la segunda, tan interesante y conmovedora como la primera, que gira sobre el exilio, la vida y, en contraposición, la muerte. Tiene unos diálogos deliciosos e ingeniosos, personajes encantadores (soy muy fan de los diálogos de la madre de Beatriz) y unas reflexiones evocadoras. “El cartero de Neruda” es una delicia de lectura y que, su adaptación italiana al cine, pese a los cambios en la historia, hacen justicia al texto original. Ojo, que la novela es también la adaptación de una película que guionizó y dirigió en el 83 el propio Antonio Skármeta, bajo el título “Ardiente paciencia”. Y, por si fuera poco, hay una tercera adaptación recientemente estrenada por Netflix (con muchos cambios en el guion y el enfoque) con el mismo nombre.
Es uno de estos pocos libros que te apetece leerlo despacito y con calma, para saborearlo y sobre todo para retener esa preciosa e ilustrada historia en la que caeré una segunda vez, eso seguro😉.
La poesía no es de quien la escribe, es de quien la necesita. Y Mario Jiménez se abraza a los poemas de Neruda como a un estandarte de rebeldía: se niega a su destino preconcebido como pescador, se niega a creer que la poesía no nos espera a la vuelta de la esquina y, sobre todo, se niega a mirar de lejos a la mujer que ama.
Mario no pudo evitar sentir que cada vez que tocaba el timbre asesinaba la inspiración del poeta, que estaría a punto de incurrir en un verso genial.
Usted cree que todo el mundo...con el viento, los mares, los árboles, las montañas, el fuego, los animales, las casas, los desiertos, las lluvias..¿ usted cree que el mundo entero es la metáfora de algo?.
..., porque con tanto movimiento me marié. -Te mareaste. -¡Claro! Yo iba como un barco temblando en sus palabras. Los párpados del poeta se despegaron lentamente. -<Como un barco temblando en mis palabras.> -¡Claro! -¿Sabes lo que has hecho, Mario? -¿Qué? -Una metáfora.
Mario mantuvo su mirada en los ojos de ella y durante medio minuto intentó que su cerebro lo dotara de las informaciones mínimas para sobrevivir el trauma que lo oprimía: quién soy, dónde estoy, cómo se respira, cómo se habla.