La obra hila un recorrido espacio-temporal por los lugares que resumen la historia de la brujería en España concentrados en tres puntos básicos, Llanes, de donde procede la bruja asturiana La Llobera, Zugarramurdi, enclave del famoso proceso, y Cádiz, donde fue quemada la última bruja. Pero más allá de un simple recorrido geográfico o histórico, la mirada contenida en la obra es evocadora y lírica, y también incisiva a la hora de señalar las posibles similitudes entre el momento actual de nuestra sociedad y aquel en el que el afán manipulador del poder, sumado a la ignorancia y la superstición, desembocaron en una enorme tragedia colectiva.