Mi nombre es Karim Amir y soy inglés de los pies a la cabeza, casi. Así empieza El buda de los suburbios. El buda en cuestión es el padre de Karim, un respetable pakistaní de clase y edad medias, casado con una inglesa, que un buen día decide brindar a las amas de casa-y a sus maridos-de los suburbios la ración de trascendencia y eéxtasis místico a que todos creían tener derecho en los años setenta.
Quizá sea esa extraña mezcla de continentes y de sangre, de aquí y allá, de pertenecer y no pertenecer a este lugar, lo que hace de mí una persona inquieta y que se aburre con facilidad.
El amor que aquí nos trajo a pesar de la oscuridad, a pesar de la luz juntos nos mantendrá.
Déjate guiar por tus sentimientos. Sigue el curso de la mínima resistencia. Haz lo que te apetezca, sea lo que sea. Deja que la casa se hunda, sí hace falta. Abandonate a la deriva.
Me encontraba rodeado de gente a la que quería, y me sentía feliz y desdichado al mismo tiempo. Pensé en lo complicado que había sido todo, pero tampoco tenía por qué ser siempre así.