EL BESO MAS PEQUEÑO

A veces el amor duele. No debería pero sucede. Y cuando uno está tan lastimado y tan roto haría cualquier cosa para evitar volver a sentirse así...hasta desaparecer. Este librito precioso donde dentro de cada hoja brota la idea de arriesgarte y volver a enamorarte...no es para cualquiera😐. Da lugar para el típico, tímido y poco comprometido " a MI me gustó". Es decir...no me hago cargo de nada porque es probable que lo odies. ¿Quién debería evitarlo? Definitivamente los diabeticos porque detrás de absolutamente cada palabra hay una intencionalidad amorosa. El estilo narrativo es ultra recargado, con azúcar y florcitas rococó como para escupir arcoiris cada 3 paginas. También debería abstenerse aquél que no guste de lo imposible, lo fantástico y hasta lo grotesco, ya que Malzieu toma todo sentido figurado del lenguaje de forma literal. Así es como, por ejemplo, cuando el protagonista dice que se le rompió el corazón, es que en verdad está roto y guarda los pedazos en una caja de zapatos, que incluso llega a perder en un taxi. En " el beso más pequeño", un hombre se enamora de una chica con tanto temor a ser lastimada, que al ser besada desaparece... Como dije, no es para todos los paladares, pero a mí me agarró en el momento adecuado. Me sacó unas cuantas sonrisas y...alguna lagrimita...😐 está bien, unas cuantas.

Abril 2021 El beso más pequeño es una historia de amor en el más amplio sentido de la palabra. Una obra centrada en búsqueda incansable del mismo, en la necesidad de creer en las segundas oportunidades dejando a un lado historias pasadas y de dar un paso hacia adelante sin mirar atrás abriendo nuestro corazón a nuevas ilusiones y sin rendirnos, porque hasta lo imposible es posible si se intenta con la intensidad suficiente, incluso vivir un idilio con una chica invisible, ¿por qué no? La historia es muy original y está narrada en una prosa bella, casi poética, con un intenso sabor dulzón que a ratitos puede resultar algo empalagoso y en la que se percibe un cierto halo de realismo mágico y nos cuenta como un joven despechado se enamora de una chica que se vuelve invisible y desaparece en el momento en que se dan su primer beso y cómo éste decide buscarla con la ayuda de Luisa, la farmacéutica del barrio, Gaspar, un detective privado y un loro. Una pequeña obra romántica, poco recomendada para los espíritus lectores menos sentimentales, con una pluma bellísima y muy personal, que nos enseña que el amor está donde menos lo esperamos, muchas veces delante de nosotros y que nos cruzamos con él y no lo vemos o lo esquivamos porque vivimos anclados en historias de amor pasadas que nos impiden avanzar.

Todos hemos sufrido por amor. Esta historia es bastante curiosa, un chico acaba de salir de una relación que lo dejo muy herido y se encuentra con una chica cuyos besos recuerda a la perfección pero su rostro no. Esta enamorado de una chica invisible y ahora desea encontrarla pero no sabe ni por donde empezar. Definitivamente el autor, tiene un toque muy peculiar al hablar del amor y el dolor, hace las historias bastante entretenidas y con una aprendizaje al final.

A veces somos incapaces de ver y valorar lo que tenemos enfrente por creer que hay algo mejor en otro lado.

Una extraña historia de un amor repentino real y extraño. La idealización del amor te puede cegar pero cuando lo consigues lo importante es ¿lo sabrás conservar?

Es todo un deleite esta pequeña historia que tiene un enorme mensaje como todas las del autor, por supuesto, muy a su peculiar manera. Me ha encantado, es muy curiosa, divertida con lectura digerible.

Un buen libro, una lectura muy ligera que te hace ver que el amor siempre esta más cerca de lo que uno cree.

Me ha gustado la idea y el final está bien hecho, pero no creo que las metáforas estén bien desarrolladas, podría haberse Explanada más en ello. Por otra parte, a ratos la trama se me hacía aburrida, como que no avanzaba mucho. Es decir, me daba la sensación de que al ser un libro corto debería ir más a la parte significativa. Aunque luego me di cuenta de que todo tenía sentido, faltó algo más. Tal vez la parte final la hubiera hecho más dramática, ya sea que acabe bien o mal y así destacar más la metáfora. Pero quiero destacar que me gustó la moraleja y que deberíamos aprender de ello.