Una novela de aventuras, genuina, que te va atrapando hasta el final. Enmarcada en la inmediata postguerra española, donde el elenco de personajes malvados es variado, desde el que sólo mira por sí mismo al que maneja los hilos y decide sobre la vida y la muerte del resto. Todo ello descrito desde un lenguaje preciso y manejado con gran habilidad. El protagonista, como cualquier héroe que se precie, tiene un pecado secreto que no le deja vivir y que debe purgar, y lo hace buscando la verdad para recuperar el honor y conseguir la princesa. Lástima que la época de los caballeros andantes haya pasado hace ya tanto tiempo.
Quizá para mi no era el momento de leer esta novela. La historia me ha resultado pesada, excesivamente rebuscada...... También es que estoy algo cansada de los relatos ambientados en la guerra civil española En definitiva: que no he disfrutado leyendo esta novela
Apenas dormía, acosado por las pesadillas, y apenas estaba despierto, asomado a la tristeza de los patios interiores de su vida
Es decir, es como si nuestro autor anónimo estuviera conduciendo un Ford cien años antes de que se inventara la bicicleta
Se ha fijado en que hay obras que no se dejan mirar desde fuera? Te obligan a entrar en ellas, no te permiten quedarte en el exterior
... ser culpable o inocente era solo un estado de probabilidad, cualquiera de aquellos condenados podía ser su verdugo: solo la indefensión los redimía.
Arturo sintió el odio del momento, si irracionalidad, y pensó que todo aquel manantial de rencor podia ser más hondo, de sangres ancestrales y afrenta olvidadas, de antepasados que se saltaban los cráneos por un jirón de carne
Al caballero (...) le habían encontrado una nueva dimensión. Su verdadera grandeza no estaba ya en su fuerza ni en su nobleza, sino en esa voluntad de aventura, es decir, en el ansia del Héroe por transformar la realidad a su imagen y semejanza