El interés por el arco de Medinaceli no es un fenómeno reciente ni fruto exclusivo de consideraciones eruditas. Colgado sobre el valle del Jalón desde hace casi dos mil años, a sus pies y bajo su arco transitaron los habitantes de la antigua ciudad romana y más tarde lo harían mercaderes, soldados, poetas y viajeros de toda condición, a los que el monumento deslumbró por su majestuosidad como centinela de la entrada a la ciudad; aún hoy su imagen sigue siendo referencia en la señalización de las carreteras españolas para indicar la presencia de un 'Monumento Histórico-Artístico'.