Un precioso abeto soñaba con hacerse mayor, como sus compañeros. Con el tiempo, se convirtió en un árbol robusto. Mientras crecía, observaba cómo talaban a muchos de sus compañeros. ¿Adónde los llevarían?, se preguntaba. Los gorriones le dieron la pista: en Navidad, adornaban las casas, con miles de luces y regalos. Entonces deseó que a él le ocurriera lo mismo...
El pequeño abeto que soñaba con su futuro. Constantemente pensaba en lo que sería de él cuando fuera grande y fuerte. Llegó a convertirse en un hermoso árbol de navidad 🎄 pero cumplió su misión y fue relegado y olvidado. Unos pequeños ratones 🐭 le hicieron recordar su vida y sus mejores épocas, fue hasta ese momento que el abeto 🌲 se dio cuenta que debió haber apreciado esos bellos momentos donde disfrutaba del sol, del viento, de la nieve, etc. Lamentablemente esos tiempos ya no volvieron. Este relato del gran Andersen nos enseña que debemos disfrutar el presente sin preocuparnos tanto por el futuro. Debemos apreciar los bellos momentos que la vida nos da, pues no se sabe si volverán. Creo que hasta nos enseña a respetar la naturaleza y a no hacerle daño por el simple disfrute de un momento pasajero. La naturaleza es vida, y la vida hay que disfrutarla a cada instante. Nunca se sabe cuando viene el hacha 🪓 y todo se termina para siempre.