Peter Brench se cuida mucho de emitir juicio alguno sobre las esculturas de su amigo Morgan Mallow, un artista que se cree un gran creador y que no pasa de ser un mediocre productor de estatuas. Brench está secretamente enamorado de la Sra. Mallow, ella es el auténtico motivo de su pertinaz soltería. Brench es, además, padrino de Lancelot, el único y muy querido descendiente de los Mallow.
Este libro lo tomo como una metáfora a la realidad en la que vivimos y hemos vivido siempre: hay verdades que todo el mundo sabe pero nadie se atreve a decir, ya sea por intereses personales o presión social, hay personas que incluso prefieren no dar una opinión para no tener que ir en contra de la mayoría.