EL AMOR DE ERIKA EWALD

Si la reencarnación existiera Stefan Zweig sería el desdoblamiento de la psique de una mujer al escritor que muchos conocemos. Erika Ewald es otro de esos personajes femeninos que el austríaco desnuda sin la necesidad de desabrocharle ni un solo botón. Si bien el argumento es pobre, y el final algo precipitado no importa. La magia esta vez habita en la prosa. Esta, y todas. Para que engañarnos. Piano, violín y tinta poética. La capacidad de narrar sentimientos a través de la música. Triple salto mortal...¡doble o nada! Zweig acierta, y el lector gana la apuesta. El relato vuelve a mostrar la inocencia, los miedos, la pasión y los errores de una joven y sus anhelos. Pero Zweig lo hace desde el lado más emocional que he visto hasta ahora; clic, la literatura le comunica señor Pérez que se ha realizado correctamente la conexión con sus sentidos. Música como vehículo conductor, los mismos pentagramas para sonidos distintos en cada lector. La matemática infinita. El autor renuncia un tanto al drama, para darnos una lección de pensamiento y una cátedra en belleza escrita. Un espacio argumental donde apenas ocurre nada, pero sucede todo, menos trama a cambio de plasticidad. ¿Se puede mejorar la historia? Si. ¿Se puede escribir mejor? Definitivamente... ¡¡No!!

Zweig nos vuelve a deleitar con una sensibilidad que te envuelve desde el principio. Su maravillosa forma de escribir es de una belleza que llega a emocionar. Es una novela corta, sencilla y muy amena , pero profunda, donde los sentimientos y las emociones te llegan a tocar la fibra. La música y el amor se funden en esta pequeña joya literaria.

De nuevo Zweig nos seduce con un relato precioso en donde los sentimientos se analizan milimétricamente para conquistarte en apenas 40 páginas y después te abandona vilmente tras dejarte extenuado y permanecer rumiando todo lo que has sentido . En un texto tan breve nos vemos sumergidos en un sinfín de sensaciones y emociones tan diversas como la ilusión, la atracción física, la esperanza, el deseo, la contención, los celos ,la decepción , el odio, el deseo de venganza y por fin la asimilación y resignación final. No es tan importante la historia como el estilo narrativo del relato y en eso Stefan Zweig demuestra ser un verdadero mago del lenguaje.Es capaz de describir exhaustivamente cualquier emoción y que disfrutemos de una verdadera terapia emocional . Siempre que leo a este autor me queda una sensación de admiración ante el maestro del retrato psicológico y la promesa de volver en breve a él. Así será !!!☺️☺️

En esta ocasión Zweig describe las emociones y sentimientos en forma de montaña rusa, el envoltorio es la duda, la inseguridad, el fondo la angustia, muy en su línea que nunca deja indiferente. Apróx. 44 pág de lectura rápida, no tan sencilla como otros relatos suyos, algo más compleja. Novela que aparece en esta: Madame Bovary.

Me asiste la convicción de que a Zweig hay que leerle todo lo que escribió. Novelas, biografías, ensayos, relatos, cartas, todo, hasta sus listas de compras si las hubiere. Sus obras son para mí, como lo que es para el minero un yacimiento inagotable de un precioso metal. Aquí tenemos a una joven profesora de música, tímida y prisionera de sus dogmas a raíz de su educación, sin conocimiento aún del amor, cuyos pasos se atraviesan con los de un joven violinista, siendo las calles y ciertos lugares de Viena los que presencian un romance que intenta nacer. El corazón de Erika asciende y se inflama al acercarse a la estrella más luminosa. Desciende y se golpea en el abismo más tenebroso. Lucha por conseguir los compases vitales, aunque a veces peligrosamente desafina en su ritmo y se abandona bajo el influjo de melodías terribles. Estamos dentro de Erika, en su mente y corazón. Lo conocemos todo. En estas páginas, suspiramos, sentimos, vibramos, vivimos con ella. Y eso es lo esencial. Podría haber más en esta historia escasa de giros, huérfana de más acontecimientos, anodina como es muchas veces la existencia, pero no importa. Es la narración y la modelación de las palabras lo que una vez más trasciende. Es el talento de don Stefan. La vida como penitencia, la música como salvación.

Abril 2023 Libro 48 🌟🌟🌟🌟 Vaya por delante que estamos ante un maestro de la palabra, nadie como Zweig para describir los sentimientos, el autor en breves novelas cortas o relatos de unas cien, ciento cincuenta páginas como media, aunque tiene también obras de mayor envergadura es capaz de hacer una radiografia exhaustiva sin dejar un ápice. No es Erika Ewald de las novelas que más me ha gustado, aunque parezca una incongruencia darle cuatro estrellas, pero una se rinde ante la versatilidad y la sutileza a la hora de desgranar un alma atormentada en manos del vienés. Erika es una chica recatada de su tiempo, vive con su padre viudo y su hermana, si bien la relacion con ellos es de meros compañeros de piso, ha recibido la educacion que se le daba a una mujer en su momento, da clases de piano que es como se gana la vida y gracias a ello conoce a joven violinista con el que descubre el amor, que como debe ser ante tal sentimiento pone su mundo patas arriba. Erika y sus sentimientos son los protagonistas absolutos de la novela, de hecho, la otra parte implicada, el violinista, no tiene nombre, para Zweig es un mero figurante, no asi para Erika. Recomendarte al autor sin ningun tipo de duda, pero en honor a la verdad otras obras me han gustado mucho más.

"Identificó tan bien sus intenciones y se compenetró con tanta sensibilidad que él adivinó en el acto la finura y profundidad de su naturaleza." La segunda novela o relato que leo de Stefan Zweig lo he encontrado similar al primero, Carta de una desconocida. En este caso para bien, ya que fue una de esas pequeñas y delicadas joyas literarias que se disfrutan con placer, pese a su faceta pesimista y desapacible trasfondo. Su capacidad narrativa y la elegancia de su estilo convierten a Zweig en un autor capaz de seducir desde las primeras líneas. El amor de Erika Ewald profundiza en los sentimientos de una artista vienesa de clase media que lleva una existencia rutinaria rota por una nueva relación con un músico describiendo la turbación y los miedos que afloran en ella, desde una sutil perspectiva interior donde somos testigos del proceso de ese enamoramiento. Zweig es un gran conocer de la psicología femenina, aunque no sea la típica novela donde el lector se pueda identificar, sí consigue empatizar, sentirse cercano y comprensible con las emociones que plasma en esta prodigiosa ambientación. Me gusta como escribe Stefan Zweig, su talento y conocimiento de la psicología, y me identifico con esas cartas de amor desbocado y agridulce, que han quedado como pequeñas perlas literarias que merecen ser descubiertas y leídas cada cierto tiempo. Erika Ewald es sentimental y compleja, el torrente sonoro de Tristan e Isolda la llenan de felicidad y tormento, tanto como a mí.

Con una prosa exquisita Zweig vuelve a deleitarnos con este relato en el que nos muestra los sentimientos y emociones de Erika ante el amor, la ensoñación, la pasión, el miedo, el odio, el resentimiento, la aceptación... Zweig es un experimentado especialista en adentrarse en lo más hondo del corazón de sus mujeres protagonistas para transmitirnos sus sentimientos más íntimos y hacernos entrar plenamente en cada historia. Erika es profesora de piano y amante de la música; se enamora de un joven violinista, el suyo es un amor platónico y puro, pero cuando su enamorado quiere avanzar en la relación ella es presa del pánico y huye. A partir de ese momento se debate entre el miedo, el odio y el amor que siente por el joven... Si quieres saber el desenlace tendrás que leer el relato, no te va a ocupar mucho tiempo y, si te gusta como escribe Zweig, lo vas a disfrutar. ¡Felices lecturas! 2 de junio de 2022