Cansada de querer a Hakuron, Kurumi se rinde a los encantos de Fuuron y se acusta con él. Enseguida recuerda todo el dolor que ha sufrido estando con él. Mientras tanto, Hakuron decide dejar la mafia para devolver la sonrisa a Kurumi. Pero para Kurumi ya es tarde y no puede dejar de pensar que le ha traicionado.