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NOVELA ROMÁNTICA

EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY

D.H. LAWRENCE

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7,3

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Sinopsis de EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY

La apasionada relación amorosa entre una mujer casada de alcurnia y su jardinero en la moralista Inglaterra de los años veinte. Constance, una dama de la alta sociedad inglesa, se casa con el aristócrata Clifford Chatterley, quien ha quedado paralítico después de luchar en la Primera Guerra Mundial. Pese a ser un hombre atractivo y varonil, ha quedado impotente y en silla de ruedas luego de recibir una herida en batalla. Cuando detecta en Constance los síntomas de languidez e indiferencia por la vida, le recomienda de inmediato que se busque un amante para satisfacer sus deseos sexuales e, incluso, para asegurarse la descendencia. Lady Chatterley al principio se siente ofendida, pero a medida que pasa el tiempo y se acentúa su insatisfacción, inicia un escarceo amoroso con Michaelis, un artista que está de visita en lo de los Chatterley. Luego su esposo le presenta a Oliver Mellors, el guardabosque de las tierras de su propiedad. Constance se siente subyugada por él, por la virilidad que emana, pero a su vez rechaza su forma de vida, su forma de hablar, su clase social. El progresivo acercamiento entre ambos acaba por fin en el suelo de una cabaña, sin interludio amoroso previo. Comienza así un intrincado e intenso triángulo amoroso. Aclamado como uno de los grandes libros de literatura erótica, El amante de lady Chatterley estuvo marcado por la incomprensión y el escándalo. No sólo fue prohibido, sino que incluso los lectores y buena parte de la crítica lo calificaron como un elogio del libertinaje y de la pornografía. La doble militancia de D. H. Lawrence, escritor y profeta a la vez, se impuso con los años como una de las mejores estrategias estéticas en las que el erotismo y la comunidad juegan con el cosmos un rol fundamental.

40 reseñas sobre el libro EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY

La historia me encanto. Es un gran clásico. La trama tiene un argumento interesante y lo explícito del libro para la época que se escribió me sorprendió. Comprendo el porqué fue prohibido y censurado. En su época tuvo que haber ruborizado a muchos. Con respecto a lo sexual, me impresionó bastante. Al decidir leer el libro sabía con lo que me encontraría y me impresiona lo fiel que es al realismo de las relaciones humanas. El comienzo tiene buen ritmo pero me costo entrar en la historia. Desde la mitad o más adelante me empezó a atrapar. A veces divaga en muchas descripciones sobre temas que no me fueron de lo más interesantes y que me aburrían horrores. La trama es interesante; Connie la protagonista es una mujer que fue criada de manera liberal. Agradable, y enérgica, se casa con Clifford un joven aristócrata. Este se va a la guerra y vuelve tullido de la cintura para abajo. Se mudan a Wragby y aquí la vida de Connie cada día va siendo más gris… en esta parte empatice con la protagonista, atada a una vida que no quiere pero por compromiso le cuesta romper, sintiéndose comprometida con su esposo. Cada día apagándose más y volviéndose una mujer amarga, va a dar largo paseos al bosque, siendo estos paseos lo único que le da paz y libertad. En uno de estos paseos se encuentra con Mellors, el guardabosques de su esposo, el cual termina siendo su amante y con el que Connie vuelve a sentir la vida, el ser mujer y la esperanza. Siento que de igual manera el libro tenía diálogos sin sentidos. Pero los diálogos entre los amantes me gustaron bastante. Y por lo mismo desde la mitad empieza a ser más interesante el libro. Es un clásico que de todas maneras, con sus altos y bajos, recomiendo.


Qué belleza de clásico. Siempre disfruto las relecturas. De la sopresa escondida siempre en lo que creemos ya conocido. Siempre surgirá algo nuevo que nosnhara pensar cosas que en la primera lectura pasaron por algo, quizás por la circunstancia o la edad. En fín, clásico censurado durante años por su temática erótica cuando tiene tanto más allá de lo erótico que es prácticamente cómico que solo se lo catalogue desde ese punto. Las ideas feministas y liberales me parecen fabulosas para la época. Ideas totalmente "disparatadas" en pleno contexto de desarrollo industrial, lo que nos hace pensar (o al menos a mí) ¿cuándo no estuvimos en revolución, cuándo no nos pareció raro o loco el que pensaba distinto? Cuándo no vemos como catastrófico lo que está por venir? Sin embargo nos adaptamos y seguimos. Una novela que a mi gusto jamás envejecerá mal. Totalmente recomendada.


EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY Pensé hallar - al iniciar la lectura de este libro - muchas escenas sexuales. Claro, sugestionado por el hecho de ser este un libro prohibido, condenado por la moral y las buenas costumbres de la época en fue escrito. Del mismo modo, con su lectura di con dos premisas: 1. El sexo es de vital importancia para el bien funcionamiento y entendimiento de una pareja y la felicidad de la misma o los implicados; 2. Ojos que no ven corazón que no siente. Y si, hay escenas eroticas, explícitas y con lenguaje obsceno, y más que obsceno, diría claro, para hacer justicia al libro. Sin embargo, algo más brilla en la lectura, no es el amante de Lady Chatterley, ella tampoco, menos el esposo de la lady. No es porque sean malos personajes, faltos de personalidad o definición. Para nada, de hecho están muy bien deliniados y entendidos, dibujados bajo rasgos claros, acentuados. Lo que brilla, diría que es por lo que en verdad se condenó el libro como blasfemo va más allá de una señora de alta sociedad enredada con con otro hombre que no es su esposo (y no porque tuviera un amante, al parecer es lo de menos, pues bien, al final de la lectura se puede dilucidar que no es trascendente la infidelidad, si no, con quien). No. Para nada. Quizás, es la queja que, aunque tal vez esta no es palabra que busco, tampoco idealismo, no suena bien. Desahogo, puede ser más adecuada, o denuncia. Que denuncia? Bueno son diversos los temas así como las situaciones. No obstante, el autor por momentos se pierde en detalles y paisajes, desconcentrando al lector con demasiadas flores y bosques, paisajes que pueden llegar a abrumar. Aunque, los contrasta con diálogos que vale la pena leer, bien llevados y refinados. Y al parecer las premisas no dejan de ser verdad, pues bien, muchas parejas han visto su fin al no encontrar la armonía o la felicidad en el acto íntimo del amor. Y del mismo modo muchos siguen sin ver y sin sentir.


En la primera mitad me sentí casi estafada. No porque no fuera interesante el libro en si, es que se suponía que era una novela romántica. Sus primeros capitulos son una descripción de los prejuicios y los pensamientos, en cuanto a relaciones y más específicamente el sexo de la sociedad. Charlas cuasi filosóficas sobre la libertad de elección, la presión y las normas sociales de la época. Hace mucho hincapié en la diferencia de las clases sociales y el género. Aproximadamente en la segunda parte del libro empieza a tener lugar el romance de Conie y Mellors. Tengo que decir que lo encontré algo retorcido. Clifford, el esposo de Lady Chatterley me cayó tremendamente mal, pedante y obtuso. En cuanto a lo erótico, más bien lo encontré explícito, que no es lo mismo y si bien para el momento de si publicación es transgresor, no es obsceno para nada.


En líneas generales, he disfrutado bastante del libro. Me parece una buena novela dentro de los considerados clásicos -los hay que son tostones, normal: estamos en el siglo XXI, la forma de escribir evoluciona con los años y nos acostumbramos a otras formas escritura y lecturas acordes a nuestros tiempos-, aunque tampoco la considero de las más mejores o que me hayan calado en lo personal. Ambientada en un Wragby post I Guerra Mundial, Connie, nuestra protagonista, es una jovencita de clase alta que se acaba casando con el señor Clifford. Sin embargo, al poco del enlace éste es enviado como soldado a la guerra y cuando vuelve lo hace como un tullido. A causa de ello, el matrimonio se va viendo deteriorado, especialmente por parte de Connie quien no se siente satisfecha ni contenta con su marido, hasta que finalmente acaba conociendo con el guardabosques de la familia, iniciándose así un triángulo amoroso bastante intensito. La historia, la ambientación y la trama amorosa me han parecido geniales e interesantes, aunque el final me pareció flojo, y hasta pasados los primeros capítulos no es cuando se pone más interesante. Los personajes los he visto muy bien construidos y, aunque objetivamente son buenos y tienen coherencia, me ha pasado lo mismo que me pasó con los protagonistas de Cumbres Borrascosas: caen mal. Sí, ni Connie, ni Clifford ni Mallors, el guardabosques, son personajes simpáticos. Me han parecido desagradables, por lo que a mí por lo menos me ha costado conectar o empatizar con ellos. Sí me gusta el personaje de Connie por la parte de que con ella la novela se sirve para visibilizar el placer femenino o las inquietudes individuales que pudiera tener una mujer más allá de ser 'la esposa de'. Tengamos en cuenta que hablamos de una novela de 1928; en aquella época era impensable plantearse esta serie de cuestiones, por lo que dar visibilidad a estos temas relacionados con la mujer era un escándalo. Por otro lado, han habido conversaciones o descripciones que me han parecido algo fuera de contexto. Siendo una novela erótica/romántica -hablaré sobre esto más abajo-, todo el tema de sacar politiqueo me parece fuera de sí aquí. A veces me daba la sensación de ser algo pretencioso en ese sentido, y el autor se enrollaba de vez en cuando a lo largo de la novela con 'sermones'. En cuanto al tema erótico, me pregunto qué hubiera pasado si las 50 sombras de Grey se hubiese publicado en 1928 JAJAJA. El amante de Lady Chatterley fue censurado y prohibido durante años debido a sus escenas explícitas. Ni me han parecido eróticas ni mucho menos románticas. De hecho la relación entre Connie y Mallors me parecía por momentos fría y brusca, aunque ya os digo que los personajes no caen del todo bien - o sí, según lo mires, porque a su manera tienen su encanto-. Pero sí que me han parecido unas descripciones de lo más realistas, sin tantos floripondios ni eufemismos que muchas veces también seguimos acostumbrados a leer en siglo XXI. Así que aquí concluyo con esta reseña. ¿Recomiendo el libro? Diría que sí, pese a que a mí se me haya quedado en ese 3'5 de nota. Es bueno, entretenido y es un clásico. Ya solo por la curiosidad cultural está bien darle una oportunidad. ¿Hay clásicos y romances mejores que El amante de Lady Chatterley? Pues digo que sí también, pero esa ya es una cuestión personal.


Novela que en su momento fue rompedora por su temática, pero que en la actualidad, o ya pasado la ola de su morbo o popularidad, no deja de ser una novela en la que exponen las relaciones de unas personas de distintos mundos o clases sociales y con diferentes necesidades tanto física como psíquicas.


Si bien fue escrito en 1928, no fue hasta finales de la década del ’50 que pudo publicarse con normalidad. El motivo de la prohibición son las escenas sexuales demasiado descriptivas. Aunque después de tantos años, no nos sorprenda leer las palabras “pene”o “vagina” en una novela, para le época resultó un escándalo. Hay autores contemporáneos al lado de los que David Herbert Lawrence quedaría como un inocente cachorrito. La novela narra la historia de Constanza, una mujer frustrada en todos los sentidos. Vive con su esposo, paralítico por la guerra en una casa sombría y alejada de su familia. Ante la desidia de lo que es su matrimonio, cae en brazos de Mellors, un guardabosques recio y solitario que habita una cabaña dentro de la propiedad de la familia Chaterley. Dicho esto, podría considerarse que es una gran historia de amor y valentía, pero no lo sentí asi. Creo que la protagonista se aventuró en una relación secreta porque era la única opción que tenía. Eso llena la historia de soliloquios largos y tediosos. Ni hablar de los diálogos en los que la protagonista, literalmente, suplica un poco de amor. Si fuera amiga mía, le diría: “Un poco más de dignidad, mujer”.


Esta novela es una perversa fantasía femenina. Por supuesto que la disfrute, cada palabra es la adecuada, los diálogos son puros. La ideología del amor propia del autor le hacen sentir a uno que el creador de tal delicada obra es una mujer. La sensibilidad elegante de Lawrence es delicadamente expuesta en cada dialogo. Creó una historia que funciona para ambos lados, el femenino y el masculino. La forma en la cual la protagonista percibe la vida es inquietante, abrumadora y refrescante. El matrimonio como estigma moral y cultural en los 20s es preciso. La manera en como entra en confrontación la moralidad con el amor es apremiante. La guerra destruyo un matrimonio feliz… O ¿Desenmascaro al mismo dejando entrever lo poco solido que era tal enlace precipitado? Uno debe ser consciente para ser feliz, aprender a desarraigarnos de lo que no amamos, buscar lo que deseamos sin pretender reconocimiento alguno es lo más parecido que yo conozco a la fe. No soy creyente, tal vez por eso mismo mi percepción de la moralidad no sea la más común. Me encanto como Lawrence planteo la importancia de no conformarnos con alguna situación o ideología únicamente por estigmas morales o contemporáneos culturalmente, refuta la relevancia de saber otorgarle valor a nuestras propias necesidades. Lawrence hace que sientas como a pesar de tanta filosofía seguimos siendo carne caliente esperando ansiosa las puntas del metálico tenedor perfectamente pulido por moralidades culturales religiosamente salpicadas de infiernos falsos y estrelladas maneras institucionalmente banales, frío… Somos arte cuando amamos, no podemos evitarlo. Nos volvemos destellos de luz, el tiempo parece no existir y volamos alto con el corazón en la mano cuando nos entregamos a Epicuro. No se cómo será mi percepción cuando yo alcance la senectud, más aun vibro con este tipo de obras, y deseo seguir así. No asocio la vejez con la falta de libido, ese es otro estigma que se debe desarraigar de nuestra filosofía colectiva. Leer esta novela fue refrescante, mi cabeza se sentía caliente y por momentos frías, hormonas placenteras, drogas naturales. No sé si inconscientemente disfrute el hecho de que fuese tal historia de amor un secreto, y tal particularidad al mismo tiempo convirtió en rebeldes a los dos amantes. La pasión expuesta en el libro es desgarradora y excitante, el amor y el sexo entre Connie y el guarda son intensos, Lawrence penetro estigmas con esta novela erótica. Al amar olvidamos las culpas, las religiones, nacionalidades, clases sociales, razas, estándares y prejuicios. Podría seguir escribiendo al respecto pero no deseo aburrirlos… Gracias por leer, es un placer.


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