Después de huir a Ojai, a Paris y escaparse de Londres, Josh y Sophie Newman están, por fin, en casa. Sin embargo, no todo está solucionado: ninguno de los dos ha conseguido la pericia mágica que necesitan para protegerse de los Oscuros Inmemoriales, han perdido a Scatty y el Dr. John Dee todavía anda tras ellos. Pero lo más perturbador de todo es que ahora deben preguntarse si pueden confiar en Flamel o, más bien, si pueden confiar en alguien.
Después de regresar a San Francisco los gemelos creen que las cosas se van a solucionar, pero con la perdida de Scatty, la persecución constante de Dee y la incertidumbre de si confiar en Flamel o no, los cosas están lejos de solucionarse. En esta cuarta entrega se me hizo tan pesada que me costo casi un año el terminarla y es que hay ciertos puntos de la trama que se hacen repetitivos como la constante desconfianza de Josh hacia Flamel llega a desesperar y no es hasta el final del libro que está situación culmina con lo que ya veníamos viendo desde el segundo libro. Sin embargo, la dinámica que se maneja en la narracion brinda dinamismo y se avanza rápido en la lectura. Además, los nuevos personajes que aparecen retroalimentan el crecimiento de personajes principales. Por último, lo que más me gustó de este libro es que, de nuevo, todo tiene un toque de realismo los lugares, personajes e historias están influenciadas de sucesos que realmente pasaron, pero combinados con fantasía, creo que esto es el fuerte del autor y de la saga.