En la India predomina la noción de que todo lo existente es una misma realidad de naturaleza divina. Este concepto panteísta tiene como consecuencia natural el respeto por todas las formas de vida y por el entorno. No solo los animales, también los ríos, las montañas y, en general, toda la Naturaleza es sagrada en su esencia. De ahí deriva el famoso pacifismo indio, la ahimsa, la no violencia y el respeto a todos los seres.