Una radiografía del amor y el desamor, habla por las mujeres y los hombres de hoy, en una búsqueda de relaciones más genuinas y felices. Floreana, historiadora joven, más bien retraída, llega a un albergue sui generis en la isla de Chiloé. Allí, en medio de los paisajes del sur profundo chileno, acuden mujeres diversas para curar las heridas de un dolor común: el desamor de los hombres. Si bien la incapacidad afectiva masculina parece ser, para ellas, la clave del desencuentro, la autora da voz -por primera vez- a un punto de vista masculino: el médico del pueblo, un santiaguino autoexiliado en la isla, que arrastra sus propias heridas. Ambivalentes, reprimidos en el sexo, vacilantes en el compromiso amoroso, los hombres sienten miedo frente a la autonomía que las mujeres han ganado. Mientras tanto, en ellas crece la insatisfacción, el «mal femenino» de este fin de siglo. Floreana, historiadora joven, más bien retraída, llega a un albergue sui generis en la isla de Chiloé. Allí, en medio de los paisajes del sur profundo chileno, acuden mujeres diversas para curar las heridas de un dolor común: el desamor de los hombres. Si bien la incapacidad afectiva masculina parece ser, para ellas, la clave del desencuentro, la autora da voz -por primera vez- a un punto de vista masculino: el médico del pueblo, un santiaguino autoexiliado en la isla, que arrastra sus propias heridas. Ambivalentes, reprimidos en el sexo, vacilantes en el compromiso amoroso, los hombres sienten miedo frente a la autonomía que las mujeres han ganado. Mientras tanto, en ellas crece la insatisfacción, el «mal femenino» de este fin de siglo.
La idea del albergue me encantó, la autora describe momentos de la historia de manera bellísima, pero lamento tanto el final de la historia, a mi criterio, sumamente desacertado. El personaje de Flavio me molestó tanto, es el hombre pasivo-agresivo que claramente tiene un apego evitativo y, logra atraer desde su presunta “incapacidad afectiva” a Floreana, chica con rasgos de dependencia emocional.
Un libro en el que varias mujeres buscan curarse del desamor, por esta razón llegan a un albergue en donde encuentra amistad, alegrías, risas, historias de vida y nuevamente amor. Pero este amor es un amor diferente al amor de pareja, es un amor de amigas, de experiencias, de vida.
Empecé a leerlo con la ilusión de que sea profundo y se adentre en el concepto de soledad pero terminó siendo otra novela de amor ( aunque si me terminó gustando y enganchando esa parte)
Una novela que inicia con bastante entusiasmo despertando significativo interés Una trama larga y por momentos densa con poco apuro por concluir un clímax diluido con un final hasta cierto punto esperado con brotes de feminismo puro y ganas de como siempre con intensiones a ratos de denostar al sexo opuesto sin conseguir ser una obra ni feminista al caso Un buen libro por momentos entrañable
Una mujer entretenida es como un lugar peligroso: uno puede ir quedándose allí sin darse cuenta.
Algo se logra permitiéndoles socializar sus penurias, contarse sus dramas individuales, los que, creéme, siempre terminan siendo colectivos y generando así una atmósfera de compañerismo.
No existen las mujeres todopoderosas, el amor no hace diferencias y arremete con todas por igual, porque es, gracias a Dios, una demencia muy democrática.
Su porte perfecto no amaina con el tiempo, su cuerpo sigue siendo templo, baluarte y gloriosa fortaleza. ¿Cómo iré a ser yo a esa edad? Así, como ella, aunque pusiera todo mi empeño, ciertamente no.