EL AHORCADO DE LA IGLESIA (MAIGRET)

Esta novela también aparece en algunas ediciones con el título de "El ahorcado de Saint Pholien" Jules Maigret es un comisario singular, bastante carismático, fumador empedernido de pipa, pero ante todo perspicaz. Le encanta estudiar a fondo a los individuos hasta el punto de hacerles ver a todos que empatiza con ellos sonsacándoles cualquier información que acabe con la resolución de los casos. Aquí Maigret nos llevará hasta una estación de tren fronteriza entre Países Bajos y Alemania. El comisario, que se encuentra simplemente de paso para hacer un cambio de trenes, observa en el bar de la estación a un individuo de unos treinta años mal vestido, sin asear y con aspecto de miserable que lleva una maleta nueva típica de cualquier bazar. Intrigado por lo que pueda haber en su interior, y en un pequeño descuido del susodicho, Maigret le hace un cambio de maleta por otra idéntica y le sigue hasta la ciudad de Brême, donde ambos se hospedan en el mismo hotel en habitaciones contiguas y donde una puerta cerrada comunica ambas habitaciones. Maigret mira por la cerradura de la puerta para ver la cara que pondrá el otro al abrir la maleta y comprobar que no es la suya. Pero el joven al ver que en el interior de la maleta no está lo que debía contener, y tras una busqueda infructuosa, saca un revolver de su andrajoso abrigo y se pega un tiro. El comisario al abrir la maleta que pertenecía al joven, observa que solo contiene un traje viejo, roído y manchado. Enseguida se percata que su simple curiosidad estupida ha llevado al joven al suicidio. ¿Es posible que alguien se quite la vida por el pobre contenido de una maleta? A partir de aquí comienza el ingenio agudo del comisario Maigret para resolver un caso atípico. Si no voy muy equivocado, Georges Simenon escribió unas ochenta novelas sobre el comisario Maigret entre 1930 y 1970. En su mayoría eran novelas cortas que seguramente, salvo alguna excepción, pasaban inadvertidas cuando ya te habías leído unas cuantas, y donde es bastante fácil olvidar el argumento. Pero que no por ello dejan de ser entretenidos y te permite releerlos cada cierto tiempo.