En la segunda mitad del siglo XX se ha dado la curiosa coincidencia de que cuatro mujeres han heredado las cuatro grandes casas ducales de España: Cayetana Fitz-James Stuart, Alba; Luisa Isabel Álvarez de Toledo, la «duquesa roja», Medina Sidonia; Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, Medinaceli; Ángela María de Solís-Beaumount, duquesa de Arcos y heredera de Osuna. Son cuatro aristócratas que han vivido la última edad de plata de la nobleza española y han sufrido los avatares de la historia reciente de nuestro país. Todas ellas tienen en común un sentido aristocrático de la vida que está a punto de desaparecer y lo hará con ellas, porque el mundo de hoy no entiende sus antiguos privilegios.