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Sinopsis de DONDE NADIE ME ESPERE

Gabriel ha renunciado a la normalidad de la vida para perderse en una dolorosa búsqueda de su lugar en el mundo. A sus treintaiún años inicia esta narración en la que vuelve sobre sus pasos para intentar descifrar cómo ha llegado a convertirse en el hombre que es ahora. Con una prosa tan hermosa como desgarradora, en esta novela Piedad Bonnett nos habla de la soledad, la angustia y la posibilidad de redención de un hombre que cae hasta tocar fondo.

7 reseñas sobre el libro DONDE NADIE ME ESPERE

Lo que escribe Piedad es pura poesía. Tiene una capacidad impresionante para describir sentimientos y sensaciones. Hace que se le dé un valor adicional al lenguaje, porque se llega a pensar que, si todo fuere descrito como ella lo hace, las cosas, los lugares y las personas serían más bellos de lo que son. Ella le encuentra, mediante el uso de las palabras, un valor, un plus, una calidad que, tal vez, no hayamos visto en algo. Ahora, el final del libro es impresionante. Cómo puede un hecho que nos acontece imponerse como un punto de inflexión para la forma en la cual desarrollamos nuestra vida. Cómo puede un hecho hacer que optemos por la escogencia de una camino. Cómo puede un hecho vetarnos de conseguir la tranquilidad y la felicidad. Por otra parte, cómo podemos afrontar ese hecho. Se trata del auto-perdón, de pensar que lo que tenía que pasar debe pasar, de permitir que la conciencia sobre lo bueno y lo malo nos permita concluir sobre la forma en la que actuamos. La narración habla sobre la libertad. Cuándo es una persona totalmente libre y si la libertad plena nos permitirá gozar de una vida igualmente plena y feliz. Trata sobre la ausencia de responsabilidades, de si es posible que esa total ausencia de las mismas permite que seamos libres. O, si el simple instinto humano-animal nos impondrá una cadena para que no seamos libres. El libro trata sobre la forma en la que un joven, al cual le acontecen una serie de desgracias, fija un rumbo a partir del cual pretende olvidarse de quién es. Quiere huir de su pasado y no le importa su presente. Un joven que busca llegar a conocerse, pero que, para ello, toca fondo y desprecia dos de los bienes más preciados que nos son dados, la salud y el tiempo. La prosa con la que está escrito el libro es extraordinaria, pero hubo unos aspectos de la narración que -consideró- no era necesario adherirlos a la historia, pues esta, por sí sola, valía demasiado. No era necesario dejar entrever las posiciones personales del autor; no era necesario mostrar lo que acontece en un país del que todo el mundo habla en una novela cómo está, que trata sobre aspectos humanos muy íntimos; no era necesario mostrar lo mismo que muestran otros autores y otros escritores que están para ello, usted no Piedad, usted explote lo bueno que tiene, esa capacidad para desmembrar los sentimientos humanos y mostrarlos por partes a sus lectores, esa locuacidad que permite que nos enamoremos de sus historias, que permite que veamos un norte ante todo mal.


Segundo libro de la autora que leo, y es muy interesante. Es una novela que nos permite entender como alguien se puede deteriorar progresivamente hasta llegar a vivir como un indigente, contado en primera persona. Muestra el dolor ante la pérdida, la culpa y la inseguridad. Además, la historia está contectualizada en Colombia en la época del narcotráfico e incluso trae el caso de los falsos positivos. (Dato no literario: yo hace poco, gracias al video de This in not América, de Residente me había enterado de que se trató esta situación, asi que lo relacione inmediatamente, sino quizas me hubiera pasado un poco de largo). Lista 2022: Mayo leyendo Latinoamericanos.


Muchas veces cuando veo personas que están en situación de calle me pregunto qué los llevó a eso, cuando me ha tocado ver a alguno desde más cerca me sorprende la despersonalización que tienen con su cuerpo, es como que su vida fuese independiente del cuerpo en el que habitan. En este libro aparece esa transición , el cambio de una vida “normal” a vivir en un estado que para la mayoría de nosotros es ajeno, pero del que no necesariamente estamos inmunes, basta un golpe, suficientemente fuerte, que nos saque del camino original que teníamos trazado. Queda claro acá que los mayores remezones que la vida puede dar son emocionales, son esos, los que te sacan de tu eje y pueden modificar irreversiblemente tu destino.


El año 2019 dejó para mí innumerables lecturas y como es natural, algunas me impactaron, retumbaron en lo más hondo de mi existencia, otras quizá por mis gustos, quizá por su calidad literaria, pasaron inadvertidas por mi vida. Una de ellas fue “Donde nadie me espere” de la escritora antioqueña Piedad Bonnett, un duro relato sobre la soledad, sobre el desarraigo y sobre el dolor humano. Un libro que desde su mismo título nos muestra que los personajes que van a recorrer sus líneas son apátridas del mundo, seres sin rumbo alguno, seres resquebrajados, seres que no tienen un ancla con la existencia, sencillamente son entes que transitan el mundo sin saber, ni querer saber el destino que les espera. Piedad Bonnett nos muestra en este libro, a través de su personaje principal, un profesor de filosofía venido a menos, que nacer de por sí ya es un juego azaroso y que lo que nos encontramos en ese camino nunca lo podremos prever, virtud que hace de este andar llamado vida, una experiencia que no podremos ensayar, pues todas las dificultades las tendremos que resolver en el acto, ya sea con evasiones, con distracciones o con el sacrificio de la vida misma. Al término de la lectura, cuando uno cierra el libro, queda una incómoda sensación (fin último del arte y sus representaciones), una sensación que quizá provenga de nuestros miedos más profundos, enfrentarnos con el azar y con el problemático término al que denominamos destino y de pronto salir mal librados de allí. Y ahí uno piensa, si un libro, si el arte no nos golpea, no nos incomoda, entonces de alguna forma estamos perdiendo el tiempo, o estamos ante una de esas “obras” que dicen lo que la gente quiere leer, para así sentirse mejor y tener quizá una visión más plácida, acorde con las ideas que tiene ese lector de su mundo, evitando así la angustia de pensar. Lamentable, o afortunadamente mejor, nuestro entorno, nuestra existencia no se concibe con fórmulas, no tiene caminos únicos, no se puede hacer de ella una lectura unilateral que nos permita caminar sin mayores tropiezos. Al contrario, la vida está llena de peripecias, de obstáculos, de serendipias, de sorpresas gratas y no tan gratas y eso hace que vivir sea azaroso y que de alguna forma se cargue de más sentido la existencia. La literatura está para remover visceralmente nuestras entrañas, o en palabras de Franz Kafka,: “Si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? (…)Un libro debe ser como un pico de hielo que rompa el mar congelado que tenemos dentro.” Por eso los buenos libros no tienen fórmulas, salen insuflados por los autores, casi como una necesidad, ¿inspiración, intuición, talento?, no me corresponde a mí determinarlo, lo cierto es que llegan a nuestras manos y nos revelan horizontes insospechados, quizá digan lo que nosotros hace mucho tiempo queríamos decir, pero no teníamos las palabras para hacerlo. Es por esto que me gusta leer los libros que me incomodan, me gusta acercarme a la literatura cuando me hace repensar la vida, me gusta encontrarme con historias que hacen que me desentienda de la propia, para desde una perspectiva más aislada poder analizar mi propio devenir. Eso sentí con Bonnett, “Donde nadie me espere” puede ser un tratado poético sobre la vida y sus infortunios o puede ser una reflexión estética acerca de la existencia, siempre el lector sabrá elegir la mejor forma de acercarse a un libro o mejor, de golpearse con un buen libro.


El título, cuando lo leí por primera vez, me llevó a pensar que se trataba de llegar algún lugar donde nadie te espere unido a la sensación de vacío y después de leerlo, me parece que el significado es distinto… Me gustó mucho la novela, me pareció muy movilizadora y disparadora, me llevo a pensar cómo es que se llega a una situación extrema como la que vive Gabriel el protagonista de la novela. La fragilidad que siempre lo acompañó y lo pulverizó en la primera oportunidad. Entender y empatizar con otros más débiles ya que nos cuesta comprender porque hay personas que buscan la soledad, la necesitan y cómo y por qué es que se protegen de esa manera. Sensaciones muy logradas en las que Piedad te obliga a verte reflejada en los comportamientos que tenemos las personas respecto a las personas en situación de calle, esa desconfianza que nos genera, la actitud que tomamos. No diría que es una novela triste pero si con varios dejos de melancolía. Sentí que debería entrar a la historia y hacer reaccionar algunos personajes que uno los ve inmóviles sin entender por qué. Lo único negativo que le encuentro a la historia, es que, lo sucedido a la hermana es algo muy predecible y por otro lado, sentí que debía terminar la obra y en su último capítulo cerró apresuradamente los cabos sueltos de la historia. Aunque el final, final de la historia me encantó: Es, estoy seguro, la mira amorosa de esa presencia que vuelve de tanto en tanto desde el recuerdo y que me seguirá, estoy seguro, como una sombra protectora, cuando me anime a salir por esa puerta. Piedad Bonnett es una escritora Colombiana, licenciada en filosofía y literatura. Su fuerte es la poesía. Y sus novelas están atravesadas por una fuerte experiencia personal, como fue el suicidio de su hijo, Daniel, quien se dedicaba al arte. El arte como la escritura son hitos que se encuentran muy presentes a lo largo de toda la novela. Estoy segura que la releeré… aunque ahora tiene que decantar.


Muy buen libro! Gabriel vive en una lucha interna permanente. Convive con sus miedos, sus soledades y sus recuerdos de infancia y la autora logra, con su escritura profunda y casi poética, que el lector se meta en la piel de Gabriel. Recomendado


Ideal para dejarse sumergir en una agradable bohemia y melancolía.


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FRASES DEL LIBRO DONDE NADIE ME ESPERE

"La vida de un hombre puede narrarse de muchas maneras: a través de los amores que ha tenido, de los sitios que ha vivido, de los libros que ha leído"


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