Novela rural argentina que evoca al gaucho como personaje legendario. Carácter popular, su respeto casi periodístico por el habla y las costumbres de los gauchos. Sin embargo, desde el principio mismo del texto se percibe que no estamos ante un retrato localista o una exhaltación ingenua de un tipo social. El relato es moderno por su construcción y ritmo, por su tratamiento de los personajes, por la yuxtaposición de las escenas y por su descripción de la «épica» política. Los personajes parecen extrañamente implicados en los conflictos de su tiempo y a la vez distantes, obedeciendo a impulsos interiores que contrastan con una realidad de fondo.
Al igual que el Martín Fierro, literatura gauchezca con mucho aprendizaje. La vida en el campo, costumbres, valores, penas, alegrías.
No es por ser Argentino, pero muchas veces nos perdemos la grandeza interna por las luces de afuera.
Me fue una lectura muy idealizadora del gaucho que disfrute. Como me pasó con el Martin Fierro, tuve que estar constantemente leyendo el glosario de los términos gauchescos lo cual me entorpeció la lectura, tarde un poquito más en leerla pero aún así me encariñé con los personajes y me sentí vacío con el desenlace. En otro momento volveré a recorrer el campo y las estancias con Fabio y su padrino.
Llegado a esta altura de mis meditaciones no pensé más porque la solución me satisfacía y porque el pensar hasta el cansancio no para en nada práctico"
Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta mi caballo y, lentamente, me fui para las casas. Me fui, como quien se desangra."