Las mil y una anécdotas que rodean el día a día de un profesor de instituto.El autor narra el día a día de un profesor de instituto desde el comienzo de curso hasta los exámenes de junio y septiembre.En la sala de profesores, en las aulas, en los pasillos, en la cafetería, en la sala de visitas o en el gimnasio se producen multitud de situaciones cómicas (y comicotrágicas) y absurdas. Fernando J. López nos lo cuenta con un gran sentido del humor, no exento de crítica cuando hace falta («esto no es Finlandia»).
Real como la vida misma del docente. No le sobra ni un punto ni una coma. Una profesión muy poco valorada e incluso menospreciada por momentos. Mejor hacerlo todo con una sonrisa. Siempre.
Yo esperaba un libro lleno de anécdotas sobre barbaridaridades que se contestan en exámenes o en las clases. Pero no, es una especie de diario de un profesor de Instituto, contado con muy buen humor. He visto q pese a los años q han pasado desde q deje el Instituto, pocas cosas cambian. Y ya término: se q el trabajo de profesor es duro, pero en todas partes cuecen habas. Un trabajo q sea un paraíso, sin estres y un buen sueldo, no existe.... A no ser q seas hijo de un tío rico con muchas empresas. Lo de llorar tanto por lo duro de su trabajo ya es un tema q me cansa un poco. Fallo mío, debi elegir otro libro.
No se puede ser buen profesor sin ser un poco utópico. Un poco soñador. Un poco loco. Al menos, no conozco a ningún compañero al que admire (y he tenido la suerte de dar con unos cuantos) que no cumpla todos esos requisitos.
Si un alumno suspende más de dos asignaturas de 1° de ESO tiene q volver a cursar 1°, pero si cuando repite suspende de nuevo más de dos materias, promociona por imperativo legal.
... Es como si nos dijeran que vamos a cobrar un sueldo tanto si vamos al curro como si no vamos.