«Después de publicar Si un persa viatgés a Catalunya, me olvidé del tema. Sin embargo, Cataluña no se ha olvidado de mí. Una de las cosas que más me sorprendió de Cataluña -probablemente lo que más me sorprendió durante mi estancia en esa región española- es el carácter presuntuoso de los catalanes. Para ser más exactos, lo que me sorprendió es el carácter extremadamente presuntuoso del nacionalismo catalán y de los nacionalistas catalanes. Un nacionalismo y unos nacionalistas que creen que Cataluña es diferente, que creen que Cataluña es una nación natural, que creen que Cataluña tiene derecho a todo por el sólo hecho de ser -dicen- una nación. Una extraña afirmación heráldica que ni entiendo ni responde a la realidad. ¿O es que tal vez los catalanes desconocen que todo nacionalismo inventa la nación? Y lo hace a la carta.»