DICCIONARIO DEL CIUDADANO SIN MIEDO A SABER

UN LIBRO DE SAVATER QUE ME ARREPIENTO DE COMPRAR Estuve leyendo (porque ya lo abandoné) éste librito (hermosamente editado en tapa dura) titulado DICCIONARIO DEL CIUDADANO SIN MIEDO A SABER de FERNANDO SAVATER. Si, hablo del mismo autor que escribió las sugestivas cuatrocientas páginas de ensayos recopilados en LA VOLUNTAD DISCULPADA o la recomendable novela sobre Voltaire EL JARDÍN DE LAS DUDAS. Savater se comporta como un Ricardo Forster o un Alejandro Rozitchner al servicio del burócrata de turno que le paga el sueldo, patrocinando el status quo y arriando ovejas al precipicio de la democracia y la corrección política. Tengo dieciocho libros de Savater y, aunque siempre discrepo con todos los autores por varias razones, siempre hay algo que rescato, algo que me “sirve” con independencia de mi posicionamiento moral frente a lo que leo. No leo para que me mimen las ideas, al contrario, amo los autores que me contradicen, los que con argumentos sólidos ponen en crisis mis seguridades y mis certezas, me gustan los matices, las zonas grises, soy un masoquista intelectual, la duda” no me jode porque me hace pensar. Acepto (aunque no es fácil) descubrir que ciertas verdades que poseía ya no son tales, no soy un conservador intelectual, soy un libre pensador y en ejercicio de esa libertad “cambio” mi mirada cuando las evidencias son inobjetables. De los libros de Savater siempre rescaté buenas ideas, pero el DICCIONARIO DEL CIUDADANO SIN MIEDO A SABER se me antoja una burla inútil, un libro indigno de su autor, parece realizado por encargue de un gobernante, que prioriza la condición de ciudadano a la de individuo aunque quiera camuflarlo de lo contrario con una prosa bastante contradictoria. Lo dejé a las treinta páginas (o sea casi a mitad del libro). Por suerte, Savater escribió obras que dan placer e invitan a pensar, libros como CONTRA LAS PATRIAS, LA VIDA ETERNA, INSPIRACIONES PARA OLVIDAR EL QUIJOTE o MALOS Y MALDITOS entre otros en los que la pluma no defrauda lo que uno espera de un “filósofo” o “pensador”: que analice los aspecto de su materia de estudio intentando profundizar en las ideas de una manera rigurosa, incluyendo su contexto histórico, siempre con curiosidad, siempre cuestionando lo obvio, siempre buscando (o intentando buscar) eso que algunos llaman “verdad” y que (además) genere un conocimiento nuevo. Como simple lector, pienso que si le perdoné a mi queridísimo Bioy Casares su horrible novela “De un mundo a otro”, bien puedo disculpar a Savater por este librito intrascendente.