El protagonista de esta historia se hace vampiro por culpa de unos flaites. Aun así, intenta seguir con su joven vida: estudia en la universidad, tiene Facebook, sale con chicos y chicas y escribe en diarios, cuadernos y mails, sus andanzas y reflexiones en torno a su nuevo mundo.
Un relato que tiene todo lo que no hay que tener: Una temática que el escrito no respeta, una jerga mal utilizada, un desconocimiento del escenario, un bildungsroman que se sustenta solamente por citar el nombre del autor, unos vampiros que varían entre los de Crepúsculo y Anne Rice de página a página... En fin, no lo recomiendo.