DIANA O LA CAZADORA SOLITARIA

"Diana o la cazadora solitaria" es una novela autobiográfica en la que el propio autor relata los pormenores de un intenso romance (yo diría mas bien aventura) que vivió a finales de los años sesentas con la malograda actriz del cine estadounidense Jean Seberg (Diana en la novela) cuya vida es producto de los banales valores a los que se ven sujetos muchos de los hijos del monstruo llamado Hollywood, en pocas palabras y como decían nuestros ancestros: sexo, droga y rock and roll. Como un dato curioso me llama mucho la atención que en la vida real el famoso escritor se vio relacionado sentimentalmente con dos actrices que acabaron en trágicos suicidios (aclarando que en forma posterior a dicha relación); la primera, la señorita del libro que nos ocupa y la segunda, la actriz mexicana Rita Macedo quien fuera una de sus esposas y que por cierto se menciona también en el mismo. Mas curioso resulta aun el hecho de que ambas fueron encontradas sin vida dentro de sus respectivos automóviles (singular coincidencia). En relación al libro en cuestión como una opinión muy personal creo que la historia no ofrece nada interesante, en ella el propio Don Carlos se presenta yo diría con un exceso de soberbia y nada de humildad como un "hombre de mundo" y un "playboy profesional", que honestamente no creo que a muchos les interese; por cierto que encontré algunas criticas a esta novela en las que incluso lo llegan a catalogar como misógino, sin embargo hay que reconocer su basto conocimiento sobre temas políticos y sociales no solo de México, sino del mundo y que se ven reflejados en en este tomo

"Diana Soren ha muerto. La encontraron pudriéndose dentro de un Renault en una callejuela de París. Llevaba dos semanas allí. Estaba envuelta en un sarape de Saltillo. ¿Será el que se compró conmigo en Santiago? La noticia del cable dice que a su lado solo había una botella vacía de agua mineral y una nota de suicidio. La policía de París tuvo que llamar a la brigada de sanidad para desinfectar el callejón donde encontraron su cuerpo encerrado en compañía de la muerte, después de dos semanas. Lo que quedaba de ella estaba cubierto de quemaduras de cigarrillo. Yo me pregunté, sin embargo, si al fin, en la muerte, ella se sintió a gusto en su piel." Con este necrofílico párrafo se cierra esta autoficción que trata del affaire que sostuvo Carlos Fuentes a inicio de 1970 con la bella actriz Jean Seberg (Diana Soren en la novela) a quien conoció en ese año nuevo y acompañó, como amante ocasional, a las locaciones mexicanas donde Seberg filmó un mediocre telefilm también protagonizado por David Jansen (actor de la conocida teleserie The Fugitive). La novela se mueve en varios niveles: una ácida crítica de Fuentes a los valores estadounidenses, mucho sentimiento de culpa acerca de su propia conducta por las continuas infidelidades que a la larga destruyeron su primer matrimonio con la actriz mexicana Rita Macedo y la confusa y oscura historia de Jean Seberg como una mujer profundamente extraviada en el mundillo del cine y quien fue utilizada, perseguida, calumniada y finalmente destruida por el FBI. El capítulo XXXVI es antológico: el narrador (Fuentes sin revelar nunca su nombre) visita la tranquila Iowa: paisajes bucólicos, encierran a estadounidenses sedientos de sangre en su ritual de cacería de indefensos mapaches con su gran signo de adoración y libertad: las armas de fuego. Novela corta que tiene mucho de sarcasmo, humor, erotismo y violencia. Narrada con sobriedad y a veces con mucho ruido y furia.

Diana Soren es un personaje con muchas capas, desde la diosa griega hasta una puta negra. Una versión fresca y renovada del “Don Juán” que ofrece Carlos Fuentes a través de una novela (casi) autobiográfica con un ritmo intenso, sin vueltas, narración cruda y muy simbólica. La crítica a los valores norteamericanos queda plasmada de forma muy visceral hacia el final, con un retrato de Iowa, los bisontes y el falo/arma de fuego, me hizo pensar un poco en la película “Dr. Strengelove” de S. Kubrick.

Si te gustan las heroínas rutilantes, Diana es perfecta para ti.