El último regalo de una autora inolvidable. Julio del 36. Una pequeña ciudad del centro de España. Eva vuelve a la casa familiar tras la quema del convento donde estaba como novicia. Su padre, el Coronel, está paralítico desde hace años y dirige su hacienda desde la silla de ruedas, asistido por Yago, oscuro personaje de grandes secretos. En el bosque cercano Eva encuentra el cuerpo malherido de un paracaidista, y ayudada por Yago lo trasladan al desván de la vieja casona. Una obra inacabada pero hermosísima, que emite una rara intensidad en cada una de sus palabras y que constituye el último regalo de toda una vida consagrada a la imaginación y la escritura.
Esta es la última novela de Ana María Matute, la que escribió en medio del dolor y las enfermedades que la aquejaron antes de su muerte. Aunque es una historia inacabada y no se sabe cómo termina, la disfruté de principio a fin. La pluma de Matute te envuelve casi sin darte cuenta... Emotiva y cálida, invita a no dejar de leer a pesar de que nunca conocerás el final de Eva, Yago, el Coronel, Berni, Jovita o Magdalena. Una historia ambientada en el inicio de la Guerra Civil, en un pueblo español tan parecido a tantos otros en donde se mezclan las lealtades, las traiciones, los secretos y un amor prohibido. Hermosa!
La última novela de la gran escritora Ana María Matute, la cual dejo inconclusa debido a que le sobrevino la muerte. Se trata de un libro excepcional, sin embargo como es de esperarse, no termina en nada y esto al menos a mí me dejó una sensación de insatisfacción. Estoy totalmente convencido de que la Sra. Matute ya tenía en su mente el libro completo y seguramente iba a ser una hermosísima joya. He leído algunos comentarios al respecto y entiendo que el libro se publicó por su gran valor literario (aunque se trate solo de un trozo),lo que me genera ciertas dudas, opinión personal.