DE VUELTA A CASA

Un punto de quiebre. Una búsqueda, una pregunta, un deseo. O todo lo contrario: una irrupción abrupta, imprevista. El teléfono que suena, funcionarios de la justicia que golpean la puerta de una casa, acompañados por un/a psicóloga. Y detrás de esa puerta una persona que descubre que supo tener otro nombre, que tiene que enfrentarse a unos padres que ya no son sus padres, a una familia que es otra. De una u de otra manera, siendo algo buscado o imprevisto, empieza un complejo y dificultoso proceso para reencontrarse con una identidad robada. Porque esa persona en su momento fue un bebe apropiado durante la última dictadura cívico-militar de la Argentina, y ahora ya tiene una vida, relaciones, sueños, estudios, trabajos. Por un momento todo queda entre paréntesis. La visión se nubla, el corazón se tambalea, la piel siente un temblor interno desconocido hasta aquel momento. Hay un pasado que nunca es ni podrá ser solo pasado. Hay un pasado que se obstina para mostrar su actualidad, tornándose presente. Aparecen abuelxs, hermanxs, tixs, compañerxs de militancia de los padres. ¿Cómo afrontar esa situación? ¿Cómo transitarla? Cada historia que compone este libro cuenta eso: nietxs que -a través de la voz de la autora- nos comparten recorridos variados, complejos, y en ocasiones imposibles, truncos. Nietxs que deciden no cambiar sus nombres, manteniendo los que les dieron sus apropiadores. Nietxs que se preguntan si es posible dejar de amar a quienes consideraban sus padres. Nietxs que sufren, que pelean, que aman, que odian. Es un cliché, pero este es uno de esos libros que te hacen sufrir, llorar, gritar, emocionar. También hay, claro, espacio para el amor, para la bondad, para el triunfo contra aquellos que desearon un mundo en el que la verdad de lo sucedido se evaporara, en el que las familias quedaran irremediablemente destruidas, en el que nietxs y abuelxs nunca llegaran a conocerse. Pero incluso si todo fuera dolor, atravesar este proceso aun resultaría necesario, imprescindible. Porque, repito, lo que muestran estas historias es que el Terrorismo de Estado no es pasado: es presente. Es el presente de estas historias, y de todas aquellas que faltan. Lxs nietos apropiadxs que todavía desconocen sus historias, las familias que siguen buscando.