David, rey de los judíos, poseyó todos los defectos y flaquezas que un mortal pueda tener; sin embargo, hombres y mujeres lo adoraron, y Dios lo colmó de bendiciones. Líder carismático, venerado como “un hombre conforme al corazón de Dios”, fue también capaz de mostrar una profunda astucia y una cruel violenciaKirsch nos brinda un apasionante retrato, de un hombre magnético y complejo, que fue también un amante insaciable, un padre solícito y un guerrero despiadado. En definitiva, de un héroe de carne y hueso.