Esta colección de cuentos es la mejor oportunidad de aproximación al universo Faulkner. Perlas de especial rareza que evocan desde el mítico territorio de Yoknapatawpha hasta la ciudad de Nueva York. En agosto de 1950, dos meses antes de recibir el Premio Nobel, William Faulkner publicó esta colección de cuentos, que fue galardonada un año después con el National Book Award. Un volumen que él mismo dispuso y que obedece a la búsqueda de una armonía en la que las piezas no desentonen y se modulen como una entidad propia. Una aproximación a la crueldad, brutalidad y ternura del ser humano, una muestra más de la genialidad de William Faulkner y una perfecta puerta de acceso al universo de este maestro indiscutible de la literatura moderna norteamericana.
Ochocientas setenta y nueve páginas, en las que se despliegan cuarenta y dos cuentos reunidos en seis secciones, escritos por William Faulkner entre 1925 y 1942, publicados según su propia selección (aunque hubo trabajo de un editor, claro) en 1950. Las secciones son temáticas, pero el tema nominal (“El campo”, “El pueblo”, “La tierra inexplorada”, “La tierra baldía”, “La tierra intermedia” y “Allén” -Más allá-), sacando la última, no son para nada literales. Como no lo es nada en ninguna de las líneas de estos relatos. Como no le es nada en la obra de Faulkner. El racismo, la xenofobia, la discriminación, la homosexualidad, la muerte, el horror de la guerra son los tópicos que se desarrollan de la manera más metafórica que puedan imaginar. Abundan las descripciones con aires poéticos, que ponen luz en los rincones más oscuros de las historias. El diálogo es el recurso que más usa. El narrador cuenta, desde sus emociones, algo que le pasó, o que le pasó a otro personaje, y así van conversando unos con otros, y cada uno tiene su modo de hablar. Muchos personajes son negros, y hablan como hablan los negros del Mississippi (algo similar a lo que pasa cuando alguien lee gauchesca argentina, o letras de tangos lunfardos), lo cual enriquese mucho más el nivel de detalle. Altamente recomendable para cuando tengan tiempo de leer de corrido cada cuento. No son muy largos, no más de treinta y pico de páginas los más extensos. Pueden leerse de a partes, pero se comprenden mejor, se piensan mejor al leerlos de un tirón. Porque, sí, los van a dejar pensando.
William Faulkner, es un escritor, premio Nobel de 1950. Cada cuento fue seleccionado por el autor para figurar en ésta recopilación ó antología tan selecta. El autor en sus cuentos llega a explorar las emociones humanas sin parangón y las describes cargadas de toda su emoción, pasión y profundidad. Una obra maestra, por un maestro excepcional y premio Nobel. Un autor imprescindible en toda biblioteca al igual que ésta obra. Un escritor del siglo pasado que se encuentra presente o como el mismo diría: "El pasado no ha muerto: ni siquiera ha pasado" Pasemos pues revista a ésta antología, no la dejemos pasar.
" ... los hombres flacos y endurecidos, que alardeaban en serio y bebían en serio, porque habían descubierto que morir y estar muerto no era algo tan apacible como tenían entendido." Todos los pilotos muertos.
Sequía en septiembre. "–Es cosa de este clima de mierda –dijo otro–. Es suficiente para que un hombre haga cualquier cosa. Incluso a ella."
"Toda sombra es más alargada que el objeto que la proyecta." Tierra del oro.
"Al salir, sus pies descalzos susurraron por el pasillo." Divorcio en Nápoles.
" ... y llega desde el bosque más asustado que un ciervo acosado por la jauría ..." La cacería del oso.