Relatos que nos acompañan en el camino e iluminan nuestro crecimiento interior. Una apología de la solidez y la fiabilidad de la indiscutible mirada del sentido común. Durante su larga y fecunda trayectoria profesional, Jorge Bucay ha recurrido siempre a los cuentos no sólo como un mecanismo para ayudar a sus pacientes, sino también como un medio para reflexionar, junto con ellos, en torno a algunas de las preocupaciones fundamentales del ser humano.
Como seres gregarios, somos sociales por naturaleza: la interacción nos permite crecer y aprender; el aprendizaje es infinito, se va expandiendo en la medida que vamos visualizando con las gafas especiales que brinda el discernimiento, comprensión y significado del otro; de lo que nos rodea, de las circunstancias y la empatía puesta para hacernos conscientes de la fuerza y dependencia que el universo ejerce sobre nosotros.
Es el primer libro que leo del autor y tengo que decir que me ha encantado. Tiene una forma muy sencilla de expresarse, y aun asi lo hace de maravilla.
Lo escuché mientras hacía mis actividades, y no lo sentí... Que bellos cuentos y cuanta verdad encierran.
La historias siempre nos hacen reflexionar de alguna u otra manera, el encontrarles un significado en nuestra vida se vuelve algo singularmente tedioso, mas sin embargo da la casualidad que cuando encontramos un significado aplicable a nuestra vida, solo nos soprendemos en lugar de aplicarlo. No digo que todo pero en su mayoria asi es. Lo cuentos para pensar son no solo consejos, son una maravilla de la psicología, Jorge Bucay es un mentor incluso podria verlo como un guia espiritual y sus libros, pensamientos e historias, marcan un antes y un despues en mi manera de pensar y ver la vida.
Hace poco empecé a definir al verdadero amor como la desinteresada tarea de crear espacios para que el otro sea quien es.
Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia. Desde entonces, uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, pero si miramos bien detrás del disfraz de la furia, está la tristeza
El verdadero amor es la desinteresada tarea de crear espacio para el otro sea quien es.