CUENTOS INDISCRETOS

Santiago Posteguiilo en su libro El séptimo círculo del infierno recomienda a Saki, como un maestro consumado del relato corto. Especialmente dice que hay que leer “La ventana abierta” y “Tobermory”. Así es que motivado por esta recomendación, a la que se suma la buena opinión de Borges sobre este autor según lo que también investigué, encontré en Cuentos indiscretos ocho relatos entre los que están los recomendados por Don Santiago. ¿Qué encontramos en los cuentos de quién se llamara realmente Hector Hugh Munro y muriera tempranamente en las trincheras de la Primera Guerra Mundial? Buenos cuentos en que están presentes el humor irónico, la fantasía y el absurdo con toques inquietantes de terror clásico, la crítica social tomando partido por los de abajo y una economía en el estilo para con muy poco describir con acierto a protagonistas y antagonistas de sus variados relatos. En “La ventana abierta” lo más notable es el inesperado desenlace. En “Tobermory” nos queda claro que con esfuerzo es posible que algunos animales aprendan a hablar, aunque no siempre es una buena idea. En “El narrador de cuentos” hay alguna cuenta que Saki cobra en honor a una no muy feliz infancia. En “Los huéspedes” aparece una deliciosa fantasía y “Catástrofe de un joven turco” es la parodia sobre el poder la que se hace presente. En “El programa de gala” Saki nos lleva a la Roma imperial con un desenlace que es mejor no comentar. “La loba” me pareció lo más predecible, tal vez el cuento más flojo y sobre “Gabriel Ernesto” sólo se puede decir que es una fantasía inquietante, muy inquietante. No me deslumbró, pero estoy dispuesto a seguirle leyendo los otros relatos a Saki, aquel inglés nacido en Birmania, hoy Myanmar, que fue corresponsal y luego soldado muerto en acción en Francia.