Los postulados de escritura de Di Benedetto lo asocian con una filiación subterránea de la literatura hispanoamericana que prolonga la literatura fantástica, concentrándose en efectos y sentidos semejantes a los de los textos clásicos del género. Con prácticas muy variadas, podría incluirse en esa corriente a Felisberto Hernández, Silvina Ocampo o Virgilio Piñera. Son todos escritores donde lo fantástico se desarrolla como impresión y no como fenómeno argumental, como horizonte y no como mecanismo narrativo.
"Durante su exilio en España, Di Benedetto publicó dos colecciones de ficciones breves, Absurdos (1978), y Cuentos del exilio (1983). Algunas de las piezas de Absurdos fueron escritas en prisión y rescatadas por contrabando. Los temas recurrentes de estas últimas historias son la culpa y el castigo: usualmente el auto-castigo, y a menudo por transgresiones que uno no logra recordar. La más conocida, una pieza maestra por derecho propio, es “Aballay” –llevada al cine en 2011: la historia de un gaucho que decide pagar por sus pecados a la manera del santo cristiano Simeón el Estilita. No habiendo columnas de mármol en la pampa, Aballay se ve forzado a realizar su penitencia a caballo, sin desmontar. Estas historias tristes tardías, a menudo desgarradoras, que no tienen más de diez páginas de extensión –imágenes, recuerdos rotos–, muestran que la experiencia del exilio de Di Benedetto no significó solo una ausencia forzada de su patria sino una sentencia profundamente internalizada que de algún modo se ha pronunciado sobre él, una expulsión del mundo real hacia una vida espectral."“A Great Writer We Should Know” J. M. Coetzee Los cuentos completos abarcan una variedad de temas en más de 700 páginas que son altamente gratificantes y muy recomendables. Gran autor Antonio Di Benedetto.