Un libro estádedicado al animal que más creemos conocer y sobre el que, no obstante, tantas cosas nos quedan aún por descubrir: el perro. A modo de continuación de los fascinantes relatos recogidos en Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros (Fábula 116), este libro está dedicado al animal que más creemos conocer y sobre el que, no obstante, tantas cosas nos quedan aún por descubrir : el perro. Konrad Lorenz nos conduce aquí hasta los orígenes del «encuentro» entre el hombre y el perro, cuando se estableció la relación entre nuestros antepasados y el chacal y el lobo. Estos orígenes han influido en todas las formas complejas de comunicación, obediencia, odio, fidelidad y neurosis que ha ido configurando la historia entre amo y perro. Recurriendo a casos con los que él mismo se había encontrado, Lorenz ilumina todo el arco de la «canidad» con la gracia de un verdadero narrador, con la precisión y la sutileza de un científico que abrió nuevos caminos precisamente en la investigación de estos temas, y con la fértil inteligencia de un pensador que supo arrojar luz sobre los problemas humanos.
Comencé esta lectura con muchas ganas, los inicios de la convivencia del perro con el humano, me llamaba mucho la atención. Empieza de manera magistral, he podido viajar y he sentido la emoción de esa primera niña que acoge al primer cachorro. Cierto es que no se sabe cómo sucedió, pero yo prefiero pensar que fue así. A partir de aquí, comienzan los relatos de las experiencias propias del escritor con todos sus perros, que son muchos. Como siempre que hay variedad, unos gustan y otros no. Pero los que gustan me han emocionado hasta las lágrimas. Aunque me gustó más el anterior libro del mismo autor, animo a leerlo a todo el mundo, sobre todo si en vuestra vida se ha cruzado algún perro.
Un libro que no esperaba. Toca con maestria un tema muy interesante , la relación humano - perro. Un muy interesante ensayo escrito por este filósofo austriaco, que explica como llega a darse esta relación desde que los canis lupus y sus primos, los chacales comienzan a acercarse a los primeros humanos y su posterior evolución de la relación de donde los canis lupus familiares son el resultado de un compañerismo conmovedor y vital para nuestra especie.
Se quedó a cierta distancia, todo él temblando de excitación, el rabo gacho, diciéndome con sus ojos ambarinos: ¡pídeme lo que quiera, pero no me abandones!. Y me rendí a su súplica. Señor guardabosques, ¿Cuánto vale el perro?" (Sin palabras).