Fábulas, leyendas y alegorías son puestas por Alejandro al servicio de éticas y estéticas porteñas. "La leyenda del Ángel Gris de Flores asegura que, a medida que pase el tiempo, los sueños serán más largos y las vigilias más cortas... Y los Hombres Sensibles soñarán que un Ángel los acaricia con sus alas y los Refutadores de Leyendas soñarán que están despiertos y que los ángeles no existen." A través de un enfoque que conjuga en clave literario-humorística la cultura universal con el lenguaje y la filosofía genuinos del ciudadano bonaerense, estas crónicas -que conjugan la parodia, la fábula, la leyenda, la alegoría-, hilvanadas unas con otras recrean lugares y personajes cotidianos vistos dentro de un mundo onírico que se pretende posible. La lucha de los muchachos del Ángel Gris es sobre todo una lucha por la poesía. Y de ello también dan cuenta de modo impar las ilustraciones de Hermenegildo Sábat.
El libro es un recorrido hermoso y poético por los rincones de Buenos Aires, sus personajes y las historias arraigadas en sus barrios. Leerlo es sentir que caminamos por las calles y somos espectadores bde esas historias a veces reales, a veces salidas de un sueño. Nos atrapa con su humor y nos envuelve con su estilo refinado y es casi imposible no leerlo escuchando a Dolina.
Los demonios ladrones andan merodeando cerca de las canchas. Cuando la pelota se va lejos, la ocultan entre los yuyales o en las zanjas para que los jugadores no puedan encontrarla. Ya en la noche, llevan las pelotas robadas a un patio secreto
Si nuestra extraña condición nos ha hecho comprender el sentido adverso del mundo, agrupémonos para ayudarnos amistosamente a soportar la adversidad.
Serán buenos los cálculos y los teoremas inexpugnables, si es que se aplican a rombos, ángulos y cubos... pero empiezan a fallar cuando se trata de personas
Si nuestra extraña condición nos ha hecho comprender el sentido adverso del mundo, agrupémonos para ayudarnos amistosamente a soportar la adversidad."
Nada de esto significa que debemos renunciar a la ciencia y su arsenal. Que se sigan inventando licuadoras y tónicos contra el catarro. Dos más dos son cuatro. Los reputados de Leyendas tienen razón. Pero nada más que eso: razón. A mi no me alcanza
Sin duda, la intención de la imprenta y la alfabetización general han traído consecuencias que van mucho más allá de lo que cualquier criollo podría superar