CRÍTICA DE LA RAZÓN PRECARIA

JAVIER LÓPEZ ALÓS

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Sinopsis de CRÍTICA DE LA RAZÓN PRECARIA

Precariedad, precario, precariado son términos cuyo uso se ha vuelto común y prevalente para describir formas de vida y relaciones laborales en condiciones de inestabilidad, temporalidad e inseguridad que horadan el control sobre el tiempo, el uso y el desarrollo de las capacidades propias y cuestionan así la unidad entre vida, trabajo e identidad. En este esclarecedor ensayo, Javier López Alós acomete la tarea de reflexionar sobre cómo la precariedad condiciona la vida intelectual desde un punto de vista biográfico, filosófico y político. El miedo y la sensación de vulnerabilidad y desorientación, el sentimiento de culpa, aislamiento e inutilidad, la falta de reconocimiento o la incapacidad de proyectar son algunos de los aspectos vinculados a esta condición precaria que, aunque afecta a individuos singulares, excede la dimensión subjetiva y emocional y señala una motivación política en la medida en que tiene consecuencias en la vida en común. Su crítica de la razón precaria apunta a varios sentidos: por un lado, el de intentar captar los rasgos y motivos específicos de su racionalidad, pero también comprender cómo afecta al propio ejercicio del pensamiento y a la producción material de las obras. Al mismo tiempo, plantea lógicas alternativas, cuestionando el imperativo de lo extraordinario que rige la vida del precario intelectual: por ejemplo, cuando cualquier error ordinario cobra dimensiones extraordinarias por sus catastróficos efectos, sustrayendo el suelo de normalidad sin el cual no es posible la vida libre; pero también lo extraordinario cabe entenderlo aquí como esa exigencia de novedad y transgresión constante que ha de guiar la creación intelectual. Como sostiene López Alós: "quizás sea mucho más interesante y productivo socialmente que nos preocupemos por elaborar de formas más claras y mejor escritas los temas que nos preocupan, sin concederle demasiada importancia al hecho de que estos sean más o menos nuevos". Esta obra, que en cualquier caso ofrece una mirada distinta sobre un tema de actualidad, es un ejemplo de ese compromiso con la claridad y la precisión del estilo.

1 reseñas sobre el libro CRÍTICA DE LA RAZÓN PRECARIA

La precariedad -en todas sus dimensiones, no solo laboral- es un fenómeno muy analizado en la última década. Casi todos los ensayos, a pesar de la diversidad de enfoques, coinciden en atribuirle un rasgo común: el hecho de ser un síntoma propio de una generación desarraigada (nacidos en los 70-80) y su expresión como la imposibilidad de proyectar un horizonte de vida a medio-largo plazo. Por tanto, en el precariado coexisten un pasado que no impulsa y un futuro que se oculta. Se vive en un presente continuo con la consigna de ser productivo para obtener una recompensa que se prolonga hasta el infinito. Indefinición, provisionalidad, angustia. Es un tema que me toca de cerca, y procuro informarme sobre el mismo, y este ensayo es uno de los más completos que he leído, combina exhaustividad con un estilo ligero, coloquial y apasionado a la hora de exponer sus ideas. En la primera parte del libro ya se advierte la transversalidad del objeto de estudio al introducir el componente emocional: la precariedad no es solo un asunto económico sino el reflejo de una forma de entender la vida destructiva no solo para el que la padece sino para el conjunto de la sociedad. En este sentido, se ayuda de las reflexiones de Chul Han, Remedios Zafra o Franco Berardi 'Bifo', entre otros. Una vez desgranado el perfil psicológico del precario como una patología derivada inevitablemente de una ideología consustancial a la colonización neoliberal de todos los aspectos de nuestra vida, se embarca en la segunda parte, tratando de poner a prueba la veracidad de sus hipótesis, y lo supera con bastante solvencia. La tarea de un pensamiento verdaderamente intelectual consiste en pensar lo posible, pero subvirtiendo la relación hoy vigente entre el plano individual y colectivo. La ideología dominante nos impele como individuos a superar cualquier obstáculo, sin considerar los límites que impone circunstancias materiales o sociales, pero al mismo tiempo, es tramposa, ya que en el plano social o colectivo, se impone la idea de que el actual orden de cosas es el único pensable, sin alternativa posible. Pues bien, en contra de esta dialéctica, sitúa la figura de un 'intelectual plebeyo', que asuma justamente el reto contrario. Por un lado, reducir las expectativas de cumplir nuestros deseos individuales y asumir el fracaso como una oportunidad de dejar de identificar nuestro valor como individuos con el valor de uso que tengamos en el ámbito laboral. Por otro lado, combatir la confusión que se ha instalado a la hora de pensar el modo de organizar nuestras vidas en común, cuando se equipara realidad y necesidad como si no hubiera más posibilidades. En definitiva, si hay una tarea intelectualmente revolucionaria es la de: "decidir qué es en realidad aquello por lo que merece la pena el esfuerzo".