Este ha sido uno de esos libros que compras simplemente por la portada. Como músico aficionado me llamó la atención, al igual que el título. Y aunque poco tiene que ver con la temática musical, este reconocido psiquiatra, establece esa relación metafórica denominando "instrumentos desafinados" a los pacientes que a tratado en sus años de profesión. Relata algunas de las vivencias o anécdotas de estos "desafinados" con gran naturalizadad y humor (en algunos casos) y describiendo la enorme humanidad de estas personas, que ya quisieran muchos de los los denominados "cuerdos".
... lo vuelve a guardar en la bolsa, la más vacía del departamento. En un sentido es el más pobre. En realidad el más rico porque no desea otra cosa, y tiene lo que quiere con toda el alma.