Aunque incorpora en algunos poemas acentos más lúdicos y coloquiales, Concierto del desorden continúa con el tono elegíaco y confesional de los anteriores libros de Leopoldo Alas. La vida se nos presenta como una inevitable pérdida desde un realismo meditativo que entra frontalmente al corazón de la materia. Vivimos en un mundo desordenado y caótico que la poesía no puede recomponer, pero sí iluminar con caminos de salvación, y concertar a través de la palabra. En este libro se salva la libertad y la valentía de lo individual y se reclama un concierto de individuos, basado en la intuición de una hermandad informal que no se guía por normas ni dogmas y que camina, perpleja pero confiada, hacia un mundo más feliz y más justo.