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Sinopsis de COMO UNA NOVELA

Esta obra insólita, un auténtico estímulo para la lectura, ha sido uno de los grandes fenómenos de la edición francesa reciente. Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo el,lo escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: "En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura -dice el autor-, sino una tentativa de reconciliación con el libro".Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescindibles del lectir (derecho a no terminar un libro, a releer, etc., incluso a no leer).

5 reseñas sobre el libro COMO UNA NOVELA

Si bien, esta dirigido a padres y maestros en su mayoría por la temática de avivar el gusto por la lectura, puedo decir que "Como una novela" también es para todo aquel que se apasiona por los libros. Escrito de manera sencilla y amena Daniel Pennac nos acerca ante la problemática de no poder encontrar como hacer que los jóvenes lean y encima que lo hagan por gusto propio. Es así como esta obra trata de rescatar el gusto por la lectura desde la perspectiva de placer más que de la obligación.


Este es el ensayo más completo sobre la lectura que he leído. No solo nos habla de libros, del arte de leer, del hábito de leer, sino también del lector, con especial hincapié en el lector “obligado”, ese joven que debe cumplir con la tarea de leer pero que no siente gran entusiasmo con ella. Pennac narra mediante diálogos y situaciones gráficas todos los escenarios posibles que vive un lector, desde su primera aproximación al libro siendo pequeño, hasta el momento en que se convierte en un lector apasionado... o no. Todas las opciones son válidas, como bien enumera el decálogo del lector cuya primera premisa es “Derecho a no leer”. Es interesante cada perspectiva que expone, con tintes pedagogos muy sensatos, tips que me hubiera gustado conocer años atrás cuando intenté sumar a la fila de los lectores a mi ahijada y que sin duda tendré en cuenta para futuros experimentos... Lo mejor del libro es que su lectura es muy accesible para todos. Los capítulos son breves, el desarrollo de las premisas es concreto y claro, lineal; la lectura no se vuelve pesada en ningún momento. Te identificas e identificas situaciones que has vivido como lector, desde que estabas aprendiendo a darle coherencia a las palabras hasta el momento actual, sin dejar de lado, muy especialmente, a la tediosa obligación de los libros durante la secundaria. Todo tipos de lectores y de no lectores se reúnen en este libro, en torno a él, con la oportunidad de analizar aspectos que nos disgustan de nuestro propio hábito o del ajeno, y sobre todo con la posibilidad, cómo dice el autor, de «reconciliarse con el libro».


La angustia de padres y maestros porque los chicos no quieren leer. La tragedia de los adolescentes por las lecturas impuestas. Leer como un acto de amor, de comunión. Una lectura ligera y amena.


Si estás involucrado en la promoción de lectura o simplemente te gusta leer, vas a identificarte con este libro. Resaltan los "Derechos del lector" que todos deberíamos conocer, para hacer de la lectura un placer y no una obligación.


Hoy no es un día cualquiera. No es uno más. Porque hoy es el Día del Libro. El día de Sant Jordi. El de la rosa y el libro. Un día para reivindicar el placer de la lectura por encima de todo dogma intelectual o educativo. Por eso, precisamente hoy, quiero hablaros de una obra que, en su día, me reconcilió con la lectura. Me refiero a un ensayo de un autor al que muchos conoceréis. Se trata de Daniel Pennac, un escritor y profesor de instituto francés nacido en Marruecos. Comenzó escribiendo cuentos y libros infantiles antes de alcanzar un gran éxito con novelas negras y ensayos educativo-pedagógicos. Su Mal de escuela (2007), Premio Renaudot ese mismo año, y Como una novela (1992), obra que me dispongo a presentaros, son sus dos aportaciones más reconocidas. Como he comentado, Como una novela me reconcilió con el gozo de los libros. En efecto, yo fui uno de esa amplia mayoría de adolescentes que aborrecen cada día la lectura por culpa de las malditas obligaciones académicas. Unas obligaciones que acaban con el placer y nos llevan al tedio, al aburrimiento y a la dejadez. Y es que pretender que un niño de 15 años lea El Quijote es un atentado contra lo que se supone que este acto pretende, es decir, fomentar el hábito lector en los adolescentes. Este es el punto de partida de Daniel Pennac en esta obra.Estamos ante un libro insólito que estimula la lectura. Y lo hace ayudando al lector a perder el miedo a la lectura, consiguiendo embarcarle en una aventura personal de libre elección que le llevará al disfrute. Decía Kafka en su diario que jamás haremos entender a un muchacho que, por la noche, está metido de lleno en una historia cautivadora que debe interrumpir su lectura e ir a acostarse. Y es que todos, niños y adultos, necesitamos nuestra ración diaria de ficción. Así, la obligación de leer no nos viene impuesta por nadie más que por nosotros mismos. Porque, como bien dice Pennac, el verbo leer no soporta el imperativo. Porque la lectura es placer. Y en el fomento de ese gozo en la mente adolescente (o adulta) tienen tanta importancia la escuela como los padres. La escuela porque ha de retornar a la palabra, dejando de lado análisis, resúmenes, trabajos y fichas de comprensión lectora que en poco o nada ayudan a nuestra tarea. Y los padres porque leer cuentos en voz alta cada noche a nuestros hijos es regalarles la palabra, introducirles en un universo de diversión del que no querrán huir jamás. ¿Cuántos padres castigan a sus hijos que no leen el libro impuesto en el colegio a no ver la televisión? ¡Error! Así lo único que se consigue es elevar a la TV a la dignidad de recompensa y rebajar a la lectura al papel de tarea. Y leer no es un deber, ¡sino un derecho!Como una novela es un monólogo alegre, entusiasta y desenfadado, fruto de que quien lo escribe, sin duda, siente y cree a pies juntillas en lo que escribe. Pese a tratarse de un ensayo, se lee como una novela. De ahí su título. Corto, de prosa directa y sencilla, muy bien estructurado y destilando un gran sentido común, convierte lo que en principio se presenta como un ensayo sobre el amor por la lectura en otro sobre pedagogía, aprendizaje y enseñanza de la lectura. Porque queda por entender que los libros no han sido escritos para que mi hijo, mi hija, la juventud, los comente, sino para que, si el corazón se lo dice, los lean. Nuestro saber, nuestra escolaridad, nuestra carrera, nuestra vida social son una cosa. Nuestra intimidad de lector y nuestra cultura otra.Y, como leer no es una obligación ni un deber sino un derecho y una libertad, Pennac presenta un decálogo de los derechos fundamentales del lector. A saber: 1-el derecho a no leer; 2-el derecho a saltarnos las páginas; 3-el derecho a no terminar un libro; 4-el derecho a releer; 5-el derecho a leer cualquier cosa; 6-el derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual); 7-el derecho a leer en cualquier sitio; 8-el derecho a hojear; 9-el derecho a leer en voz alta; 10-el derecho a callarnos. Huelga decir que esta manera de afrontar el mundo de la lectura es capaz de desinhibir a cualquier temeroso de los libros.Pennac desgrana tópicos y típicas excusas argüidas por los no lectores para explicar el por qué de su actitud acerca de la lectura. La que más me llamó en su día la atención - citar más alargaría demasiado la reseña - es la referente a la falta de tiempo. El autor responde así: el tiempo de leer es tiempo robado, y el problema no es si tengo tiempo o no, sino si me regalo o no ese tiempo. Nunca un enamorado deja de encontrar tiempo para amar. Lo dicho anteriormente: de gran sentido común. Esta reseña es mi pequeña y humilde contribución a este Día del Libro. Si eres de los que aman la lectura, espero que hayas disfrutado de ella. Aunque lo harás mucho más leyendo o releyendo Como una novela.


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Calificación General: 8,6Por leer

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FRASES DEL LIBRO COMO UNA NOVELA

"-En la lectura hay que imaginar todo eso... La lectura es un acto de creación permanente. Nuevo silencio."


Publicado porjcoyuela

La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.


Publicado pormerops_apiaster

Una lectura bien llevada salva de todo, incluido uno mismo.


Publicado pormerops_apiaster

Se ha convertido en el héroe de sus lecturas, aquel en quien el autor había delegado desde la eternidad para liberar a los personajes atrapados en la trama del texto -a fin de que ellos mismos le arrancaran de las contingencias del día.


Publicado pormerops_apiaster

«¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba».


Publicado porAricita