En estas "Cinco novelas cortas", que ha seleccionado y traducido Víctor Gallego, vemos la maestría de Chéjov para captar el tiempo y reflejarlo narrativamente, sin otro calendario que el que marcan las propias acciones -e inacciones- de los personajes. Son todas ellas obras de madurez. El peculiar héroe chejoviano transita por estas historias debatiéndose entre la indiferencia y las ganas de vivir.
No es fácil esta lectura, no por compleja o muy técnica. Simplemente por sentirla lejana. Los problemas que aquejan a los protagonistas hoy día nos parecen nimiedades, situaciones cotidianas nos horrorizan. Por momentos todo esto resulta interesante, en otros, tedioso. Leer cinco novelas seguidas de un mismo autor no me parece algo recomendable y no lo volveré a hacer
Los desgraciados son egoístas, malévolos, injustos, crueles y menos capaces de comprenderse mutuamente que los imbéciles."