Han Luang es un humilde vendedor de dulces, que vive allá al otro lado del mundo, en China. Y a pesar de ser tan pobre siempre se preocupa por los demás, porque piensa que "todos somos uno". Cuando se entera que un mandarín está muy enfermo de sus ojos, sin pensarlo dos veces se lanza a una aventura en el bosque para encontrar la hierba mágica que habrá de curarlo.