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Sinopsis de CHICOS QUE VUELVEN

Mechi es empleada del Centro de Gestión y Participación de Parque Chacabuco, y debe mantener y actualizar el archivo de chicos perdidos y desaparecidos en la ciudad de Buenos Aires. Un trabajo monótono al que, para peor, lleva adelante en una oficina ubicada debajo de la autopista, es decir, envuelta en un ruido incesante. Hasta que algo pasa: Vanadis, una chica desaparecida a los catorce años por la que, debido a su belleza y a su extraño nombre, Mechi se había interesado particularmente, un día aparece. Y será la primera de una lista de chicos que vuelven después de haber estado ausentes durante años. Pero hay un detalle: estos chicos reaparecen exactamente en las mismas condiciones --con la misma edad, la misma contextura física y hasta la misma ropa-- en que se encontraban el día de su desaparición.

8 reseñas sobre el libro CHICOS QUE VUELVEN

Esta es la primera vez que leo a Mariana Enríquez. Y...me pasó lo mismo que con otros autores de terror clásico: el proceso durante la lectura es excelente, sumanente inquietante pero cuando llega el desenlace...plop😕. Pensás: " Así termina?!?". Los clasicos en terror, y por lo visto también Mariana Enriquez, suelen tener finales abiertos, extraños, ambiguos, de esos que te dejan perplejo y algo frustrado. Sip, el primer impacto no fue bueno peeeeero...soy de reacción lenta😅. Recién cuando lo comenté con mi hija postiza (que no lo había leido, pero sí admira mucho a la autora), me empezó a funcionar el cerebro y ahí até cabos, reflexioné, saqué conclusiones y... todo lo que encontré, me encantóooo🥳!!! Mariana hace una crítica sutil pero feroz hacia la desidia del gobierno de la ciudad de Buenos Aires para con los miles de niños y adolescentes que desaparecen a diario, y, sobre todo, hacia todos los adultos que maltratamos a nuestros niños, los golpeamos, los denigramos, los ignoramos, los violamos, los matamos y los hacemos desaparecer... Pero qué pasaría si un día todos nuestros niños muertos vuelven de la misma forma y con el mismo aspecto con el que se "fueron"?! Sí, llevando en la piel la marca de todas las aberraciones que les hicimos, de toda la maldad y el desamor al que los sometimos? Como ven, Mariana Enríquez dice mucho cuando calla. Requiere un cierto detenimiento. ✋Sobre esa cuestión quisiera decir algo: antes no teníamos páginas de lectores, bookstagram, booktube y demás. Ahora la experiencia de lectura deja de ser tan solitaria y podemos encontrar sitios donde compartir... el problema es cuando empezamos a compararnos con el otro y cuando por leer más, reseñar más, mostrar más... en vez de leer, "consumimos" libros. Cuando nos apuramos, perdemos la mayor virtud que tiene la literatura con respecto a otras artes: te da tiempo. Cuando lees y no "consumis", podes detenerte, pensar, desarrollar tu espíritu crítico, cuestionar el mundo, rebelarte, sufrir, enamorarte y ser feliz...ninguna competencia debería quitarnos todo eso.


Mariana Enriquez teje con gran habilidad una novela corta que juega a dos bandas. El terror o suspense y la crítica social. Niños desaparecidos por múltiples causas. Secuestrados, maltratados, asesinados o explotados sexualmente ante la ambigüedad y pasividad gubernamental e incluso policial y una sociedad que ante el indecente número de casos, lo normaliza. Inacabables archivos repletos de carpetas de mayor o menor grosor que son solo eso, polvo y documentos. La costumbre es la llave del olvido. Pero la autora los hace regresar en el mismo estado en que desaparecieron conjugando el sustantivo terror con tres sentimientos: Miedo, rechazo y vergüenza. Con sencilla prosa y lenguaje común la Argentina reivindica sin queja, pero inyectando al lector un reactivo cuanto menos al espanto, La creativa fórmula funciona. Bajo la máscara del misterio argumental Enriquez trafica con tu conciencia despertando a la durmiente consciencia, casi siempre ignorante o de espaldas a la realidad. A veces de forma sutil, otras cristalinas como agua de manantial, la denuncia no se verbaliza sino que navega por el ancho mar de su escrito. Aunque pueda parecer lo contrario el final es intencionado y acertado. Es la primera vez que siento que un desenlace abierto es el más justo cierre. Primera incursión en la obra de la autora que me deja un buen sabor de boca, tanto por su narración como por la original y contundente manera de enfocar con una nouvelle de terror, una crítica social. Admiro la capacidad de aquellos que logran mezclar dos recursos y salir airosos, sin estos grandes osados nunca se le hubiera añadido al vino picado refresco de cola ( calimocho) , que tantas gloriosas noches como horribles despertares aportaron a mi adolescencia. Que duda cabe que en literatura suele ser más sano la mayoría de las veces. Un librito que merece mucho la pena leer. PD. Si te ha gustado esta reseña o la de cualquier usuario y decides premiarla con un like debes hacerlo en el corazón grande donde reza: te ha gustado esta reseña? O ante la duda en los dos.


Es mi primer libro de esta autora y supongo que, al no estar acostumbrada a su escritura, me ha sorprendido, chocado, un tanto. Me ha parecido rara la mezcla de géneros en este relato. La protagonista es una empleada de los servicios sociales argentinos que no trata directamente con los afectados, se limita a archivar la ingente cantidad de documentos sobre los chicos desaparecidos de las calles de Buenos Aires. Ella se obsesiona con uno de esos casos, la de una hermosa chica que desaparece sin rastro y con las peores perspectivas. Y de repente, todos esos niños, jóvenes comienzan a aparecer en las plazas de la ciudad, con la ropa y la edad que tenían cuando se les perdió la pista, como si el tiempo se hubiera detenido. Se produce un cambio de género repentino. Lo que venía siendo un relato de denuncia social, se convierte en uno de terror con un final que me dejó fría y expectante, con un montón de preguntas sin resolver. Quizás sea el estilo de la autora, o tal vez solo ocurra en este relato en particular. La cuestión es que iba bien, pero... Alguno más leeré para saber a qué tenerme o si es costumbre.


¿ Has leído “ el secreto de los ladrones de cuerpos” ? ¿ Has escuchado sobre el síndrome de Capgras. O la ilusión del sosias ? ¿ Que tal la literatura de Zombies ? ¿ y la de vampiros? O la literatura japonesa de fantasmas y Shinigamis, el Mictlan Azteca, el mito de Orfeo . Entre otros... No hablo de plagios, copias, o algo por el estilo. Hablo de simples paralelismos, semejanzas similitudes , hablo de la capacidad de Enriquez para englobar en un cuento corto ( convertido en Noveleta) esta tragedia traslapada de esperanza o la esperanza traslapada en tragedia de las desapariciones de niños en Argentina. Con un tinte fuertemente localista, teje una historia que se sustenta en la realidad de dichas desapariciones y sus múltiples causas, desde fugas, secuestros, hasta comercio sexual y muerte, manipuladas ( no manejadas ) por un ineficiente sistema social, y la borda con el terror que implica la suspensión del tiempo, el cambio hacia lo que ya no esperamos, o lo que nunca esperamos de un regreso un reencuentro. Tales experiencias cambian, modifican, alteran el estado mental de los implicados. El regreso bendición ? castigo? Para profundizar mas en lo inquietante del caso, la autora inmiscuye muerte y almas, que siembran mas muerte y sorben almas. La misma protagonista Mechi, sufreuna especie de abducción secundaria a su trabajo en esa área. Vanadis la diosa de la belleza es su psicopompo, más no su causa. Mariana Enriquez tiene tanto que ofrecer... una muestra de que el terror no culmina, tal vez esa sea la causa de tanto final abierto. Se puede leer en un rato, pero tanta convergencia no se digiere en días, la muestra esta en la concitación de tantos recuerdos, y en el ansia de lo que este por venir...


Me encontré en Colonia Suiza con un chico que diseñaba tapas de libros, por lo que fui en busca de uno, pidiéndole recomendación. Me habló de Mariana Enríquez y del grupo “nueva narrativa argentina”. A ella la tenía en mi memoria con algunos títulos pero núnca la había leído, por lo que me recomendó Chicos que vuelven, por ser mi primer acercamiento a ella. Es una novela corta, que se lee en unas horas, y que te atrapa y te envuelve no solo en la historia que cuenta, sino también en disparadores de conclusiones que no sabes si son tuyas o inducidas por ella. Es lo primero que leo, pero sin duda, iré en busca de otros títulos, para conocerla mejor.


La tapa del libro no le hace justicia para nada. Es una novela corta de misterio que se lee de un tirón. Trata en segundo plano, como si fuera algo muy normal que no sorprende a nadie, la desaparición de menores de diferentes edades. La trata de personas, la prostitución, los niños de la calle, las drogas, la violencia, la pedofilia, entre otro abusos aberrantes. Parece que lo normal es que pasen esas cosas y que haya tantos cuerpos violentados y desaparecidos. Esa realidad "tranquiliza" o domestica a la sociedad, por decirlo de alguna manera. El problema es si esos cuerpos invisibilizados empiezan a volver y a hacerse visibles. No voy a revelar la trama, es un relato muy atrapante, significativo y estremecedor. Me gusta el estilo de Mariana Enríquez. No soy muy aficionada al terror, pero su mirada es más realista y doméstica. Ya había leído "Las cosas que perdimos en el fuego" y me había sorprendido también. Sin dudas, voy por más libros de esta autora. La recomiendo.


Novela corta y eficaz. Me gustan mucho los personajes que caracteriza Mariana Enríquez, oscuros, un poco punks y solitarios. La historia tiene una breve intro y rápidamente la idea y el posible final se presentan con un buen relato, pero que no logra sorprenderme. En algún lugar de Buenos Aires, comienza a pasar algo sobrenatural con chicos y chicas desaparecidos por distintos motivos. Mezcla de terror y ficción para entretenernos un rato.


Me acuerdo de que cuando leí “Chicos que faltan” —uno de los cuentos de Los peligros de fumar en la cama que más me gustó—, me dejó con la sensación de que esa historia se prestaba para algo más largo. Y en algún momento leí que Enriquez pensó lo mismo, así que decidió ampliar el cuento para convertirlo en esta novela corta (que quizás todavía es muy corta). Chicos reportados como desaparecidos, que quizás escaparon de casa, fueron secuestrados o se daban por muertos, empiezan a aparecer en ciertos parques de Buenos Aires. Pero no son uno o dos, sino muchos. Y hay algo extraño en ese regreso, porque los chicos tienen la misma apariencia que cuando desaparecieron: la misma ropa e incluso la misma edad. Además, algunos de ellos habían sido declarados muertos, sus padres habían reconocido sus cadáveres. Y hay un problema más: a la alegría inicial por el reencuentro le sigue un desconcierto inquietante que pronto se convierte en miedo. “Eso no es nuestra hija”, dice una de las madres. “Me equivoqué. Se parece mucho, pero no es mi hija”, dice otra. Al final, lo único que queda claro es que eso que empezó a aparecer en los parques no son, no pueden ser, los chicos desaparecidos.


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