Ediciones Miguel Sánchez, 2016. 264pp. 24cm. [libro nuevo]
CASA LUNA - Miguel Pasquau Liaño Casa Luna es sólo un espejismo de estío en el mar de olivos de Jaén. La esencia debe de guardarse en una botella y ésta es la botella. El misterio de Casa Luna radica en poner los labios en palabras de otros y Pasquau nos sugiere las de aquellos que habitan la biblioteca de su mente, una declaración de intenciones en el arte de escribir; y lo hace a través de la pluma de Marcos Fortuño, el personaje. El personaje de la novela de Pasquau es a la vez su alter ego, y lo es hasta cruzar esa fina línea que separa la realidad de la ficción. Ficciones hay muchas y en una se sustenta esta novela. Una ficción que de tan imposible puede ser real, una ficción que cambiaría mi mundo y el de otros muchos lectores. Sin embargo, Fortuño quiere contarlo pausado, con “marañas hechas de tiempo y olvido", para alejar cualquier duda, entretejiéndolo entre sus propias novelas y sus propios personajes. Casa Luna está llena de pilares y todos ellos tienen nombre de mujer. Por ello Fortuño necesita inventarse a Amalia, musa a la medida de un Dante moderno, una idea capaz de sobrevivir a la noche. Quizá porque el eje central, la protagonista de esta novela, Carlota, la conocedora de artificios e infamias, ya no está para guiarlo. «Lo justo sería detenerme aquí y entregar el relevo a otro para que continuara la historia»; una historia cuya verdad es una gran mentira, un juego de espejos, porque algunos relatos han sido escritos para que yo los leyera, y sin duda este libro es uno de ellos, permitidme la ficción, ya que soy una necesidad del guión. Perdonadme igualmente que me apropie de palabras ajenas, algún día quizá pueda corresponder. Me he imaginado a Miguel Pasquau Liaño escribiendo esta novela, callándola, pensando que hacer con ella, guardándola después para mi, una desconocida a la que no se puede poner nombre: una lectora sin rasgos, intentando huir de los lagartos.