CARTHAGE

La tragedia en las novelas de Carol Oates no son veneno, son óxido. Los personajes dentro de sus obras no sufren una muerte lenta y dolorosa, solamente sucumben a una corrosión desmesurada que uno puede casi palpar. El infortunio en Carthage va más allá de la desaparición de la hija menor. Las piezas de dominó caen, una tras otra, y el suspenso no es mera especulación. Es una enorme bola de hierro que viene a toda velocidad. Oates tiene pluma para la novela psicológica. Si bien la segunda parte de la novela comienza inverosímil poco a poco recupera la fuerza para culminar bellamente con tan solo unas cuantas páginas. Apenas menos de diez. Libro grueso, lectura amena.

Es el primer libro que leo de esta escritora y el ritmo de me ha hecho bastante lento. El final me ha parecido algo precipitado tras lo lento de la trama.

La principal razón para que está novela, no sea otra obra maestra de Carol Oates, es su excesiva duración y un ritmo algo irregular que en ocasiones te saca de la trama, aún así en general la maestría y el oficio de la autora se hace notar, una intensa crónica sobre la tragedia de la guerra y el amor no correspondido.

Cressida, la hija de Zeno Mayfield, ha desaparecido en plena noche, en las montañas de Adirondack. Cuando la comunidad de Carthage se une al padre en su frenética búsqueda descubrirá al sospechoso más inesperado: un militar condecorado, veterano de la guerra de Iraq e íntimamente relacionado con la familia Mayfield.

Cressida, la hija de Zeno Mayfield, ha desaparecido en plena noche, en las montañas de Adirondack. Cuando la comunidad de Carthage se une al padre en su frenética búsqueda descubrirá al sospechoso más inesperado: un militar condecorado, veterano de la guerra de Iraq e íntimamente relacionado con la familia Mayfield.