Muy queridos amigos y amigas: me considero persona de buena memoria, sobre todo cuando se trata de deudas, propias, pues soy olvidadizo para las ajenas. Hace ya tiempo deseaba escribir unas palabras sobre la devoción a los santos y santas. Lo hago hoy, desde una óptica muy concreta; les presento como modelo una santa mariana: Teresita, la pequeña que nos ayuda a ser grandes.