Calificar:

6,8

5 votos

Sinopsis de CARTAS A FELICE

Entre el 20 de septiembre de 1912 y el 16 de octubre de 1917 Franz Kafka escribió las más de quinientas cartas que componen este libro. Fueron dirigidas a la mujer con la que, tal cual era a veces su convicción, quería casarse, con la que se prometió en dos ocasiones y con la que rompió en otras tantas. Las escribe un joven Kafka que se debate entre dos pasiones: el amor por Felice y su entrega al oficio de escritor.«Últimamente he visto con asombro de qué manera se halla usted ligada íntimamente a mi trabajo literario», escribe en una de ellas el autor checo, y a lo largo de estas apasionadas y apasionantes páginas seremos testigos privilegiadosdel proceso de creación de sus principales obras.Además, nos sitúan en un tiempo y en un espacio: la Praga de Kafka, su casa y su trabajo, su familia y, especialmente, sus lecturas: «Siento como parientes consanguíneos míos a Grillparzer, Dostoyevski, Kleist y Flaubert [...]solamente Dostoyevski se casó, y quizás solo Kleist, cuando, bajo la presión de aflicciones externas e internas, se pegó un pistoletazo junto al Wannsee, encontró la salidaque necesitaba».««Las Cartas están llenas de temor, indecisión, desvalimiento y, en primer término, inconcebibles dosis de intimidad. Nadie se ha desnudado tan atrozmente como el hombre que se confiesa y flagela ante Felice. No obstante, todo está formulado de una manera que lo convierte en ley y conocimiento. Nada de lo que leemos se puede olvidar. Es como si hubiera sido escrito bajo nuestra piel.»José Emilio Pacheco

1 reseñas sobre el libro CARTAS A FELICE

Briefe an Felice (1967) es la compilación de cartas que Kafka escribió a su novia Felice Bauer entre el 20 de septiembre de 1912 al 16 de octubre de 1917: la correspondencia está plagada de amor, dolor, infelicidad, desasosiego y una constante agonía por la indecisión de Kafka a contraer matrimonio, por un lado, y su entrega a la literatura que entraba en constante colisión con su trabajo como ejecutivo en una compañía de seguros con sede en Praga, en donde era director: "No ser, en realidad, verdaderamente desgraciado, no sentir ese aguijón fresco de la desdicha, sino posar la mirada sobre las páginas del cuaderno repletas continuamente de cosas que uno odia, que le provocan asco o cuando menos una melancólica indiferencia, y que no obstante es preciso escribir para vivir. ¡Qué horror! Si pudiera destruir las páginas que he hecho desde hace cuatro días, y destruirlas de tal forma que fuera como si nunca hubieran existido…" Las reflexiones de Kafka sobre el matrimonio son devastadoras y nos muestran a un hombre temeroso, complicado, inmaduro y castrado en el intento de formar un proyecto de vida con una esposa e hijos. Este extracto de una de sus cartas nos muestran la casi nula autoestima del gran Kafka: "Piensa entonces, Felice, en la transformación que el matrimonio ocasionaría en nosotros, en lo que cada cual saldría perdiendo o ganando. Yo perdería mi soledad, que en su mayor parte es horrible, y te ganaría a ti, a quien amo más que a ningún otro ser. En cambio tú perderías tu vida tal como la has llevado hasta el momento, vida con la que te sientes satisfecha casi por completo. Perderías Berlín, la oficina —que te agrada—, las amigas, los pequeños placeres, la perspectiva de casarte con un hombre sano, alegre y bueno, y de tener hijos guapos y sanos, por los que, si lo piensas bien, estás sencillamente suspirando. En lugar de esta nada despreciable pérdida ganarías un hombre enfermo, débil, insociable, taciturno, triste, rígido, casi desprovisto de toda esperanza, cuya tal vez única virtud consiste en que te quiere. En vez de sacrificarte por unos hijos reales —lo que encajaría con la naturaleza de una muchacha sana como tú—, te verías obligada a sacrificarte por este hombre infantil, pero infantil en el peor de los sentidos, este hombre que, en el mejor de los casos, tal vez aprendería de ti a deletrear el lenguaje humano. Y en todas las cosas sin importancia saldrías perdiendo, en todas. Mis ingresos no son quizás mayores que los tuyos. Dispongo de, exactamente, 4588 coronas al año, cierto que tengo derecho a jubilación, pero los ingresos, como ocurre en todo servicio equiparable al de empleado del Estado, son escasamente susceptibles de verse incrementados, de mis padres no puedo esperar gran cosa, y de la literatura nada. Por lo tanto tendrías que vivir de un modo mucho más modesto que ahora. ¿Realmente estarías dispuesta a hacer y a soportar una cosa así por un hombre como el arriba descrito?" Por medio de esta correspondencia podemos acceder a un hombre de pocas palabras, ensimismado en sí mismo, en su complejo universo y con una enormemente pesimista visión existencial: "A mí lo que me repele absolutamente es hablar. Todo cuanto digo me resulta falso. A mis ojos el habla lo despoja de toda su seriedad e importancia. Y en mi opinión no puede ser de otra manera, puesto que sobre el habla incide constantemente un sinfín de formalidades e instancias externas. Si soy callado no es solo por necesidad, sino también por convicción. La única forma de expresión que me va es la escritura, y así seguirá siendo aun cuando vivamos juntos." El 4 de septiembre de 1917 Kafka recibió la noticia de su tuberculosis y la tomó con calma, estoicismo y tal vez cierto alivio de que su final estaba muy cerca, moriría el 3 de junio de 1924, tan solo seis años después: "...siento como parientes consanguíneos míos, es decir, de Grillparzer, Dostoyevski, Kleist y Flaubert, solamente Dostoyevski se casó, y quizás solo Kleist, cuando, bajo la presión de aflicciones externas e internas, se pegó un pistoletazo junto al Wannsee, encontró la salida que necesitaba." "Mi único sentimiento de felicidad consiste en que nadie sabe dónde estoy. ¡Ojalá tuviera la posibilidad de hacer que tal cosa durara para siempre! Sería más justo que morir. En cada uno de los resquicios de mi ser no hay sino vacío y absurdo, incluso en el sentimiento de mi propia desdicha. Ojalá fuera cosa de ir ahora a una isla desierta, en lugar de al sanatorio." La editorial Schocken Books le compró estas cartas a la propia Felice Bauer en 1955, además de la mitad de las cartas de Kafka a Grete Bloch, amiga de Bauer, estás últimas cartas también están incluidas en esta compilación con una nota que comenta que Kafka y Grete Bloch pudieron haber tenido un affaire con la consecuencia de un hijo de Kafka, comentario que no pasa de ser una suposición sin un asidero en la realidad. La correspondencia tiene una extensión de casi 900 páginas, llenas de dolor.


MÁS LIBROS DEL AUTOR FRANZ KAFKA


DIARIOS

FRANZ KAFKA

Calificación General: 8,7Por leer

CUENTOS COMPLETOS

FRANZ KAFKA

Calificación General: 8,6Por leer

TAMBIÉN SE BUSCÓ EN RELIGIÓN Y FILOSOFÍA