Ninguna mujer envidiaría la pesada carga que Carolina, la reina, soporta en silencio. Menospreciada por su esposo y odiada por su hijo, el príncipe de Gales, sobre ella recae, paradójicamente, la responsabilidad del buen gobierno de Inglaterra. ¿Qué hará la mujer que se convierte en soberana en 1727? ¿Jugará eternamente el papel de dulce y comprensiva esposa o se mostrará tal como es, inteligente y sensible? ¿Se doblegará a los caprichos del monarca o utilizará la astucia para vencer su brutalidad?